El rol del farmacéutico en la promoción de la microbiota intestinal saludable a través de cambios en la dieta o en el estilo de vida está adquiriendo cada vez más protagonismo. Motivo de ello, en el marco de las jornadas de NUTRICOF, organizadas por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), se abordará en la mesa “Microbiota intestinal y probióticos: estrategias para una recomendación eficaz en la farmacia“. Beatriz Collado, vocal de Alimentación y Nutrición del COFM, afirma en una entrevista a EG que “el instestino es nuestro segundo cerebro”. De esta forma, cuando el paciente tiene un problema de sueño, de ansiedad o de piel, “una gran parte de la culpa la tiene este órgano”. “Muchas enfermedades inflamatorias vienen derivadas de los problemas intestinales”, informa.

En este sentido, explica que si la microbiota está alterada, la mucosa intestinal se altera, genera inflamación y esa inflamación viaja luego por todo el organismo. Por este motivo, saca a colación que hay que saber identificar si ese intestino está en perfecto estado indagando en lo que cuente el paciente.

Criterios de selección de probióticos

Determinar si un paciente es candidato adecuado para el uso de probióticos desde la farmacia es una práctica cada vez más habitual con el aumento exponencia de los problemas digestivos ligados a los desequilibrios de la microbiota intestinal. Collado afirma que, con el ritmo de vida actual, que una persona no tenga un desequilibrio en la microbiota es casi imposible. “Lo importante no es saber qué paciente necesita un probiótico, sino cuál es el adecuado y en qué momento”, garantiza. De hecho, menciona que los problemas bucodentales impactan directamente en este desequilibrio, potenciando el crecimiento de bacterias que favorecen la inflamación.

De cara a qué criterios debe tener en cuenta el farmacéutico al seleccionar el probiótico, Collado sostiene que la cepa debe tener nombre y apellidos, evidencia científica y se debe ajustar su dosis. “No me vale la cepa lactobacillus, necesito lactobacillus CCT 589”, asevera. “No es lo mismo adminstrar un millón de unidades de bacterias que cien millones”, alerta. Asimismo, insiste que es muy importante la calidad y la cantidad, además de que se asegure que es resistente al ácido del estómago, a antibióticos y que es capaz de adherirse a la mucosa intestinal para asegurar la repoblación de ese probiótico. En este sentido también inisiste en que “la guinda del pastel” es que se realice un estudio con el producto acabado. “La mayoría de los probióticos hoy en día llevan ingredientes colaterales que van a colaborar y que van a ayudar y a mejorar las fórmulas”, afirma. Entonces, prosigue “si se que este probiótico lleva extracto de jengibre, vitamina B, y prebióticos, necesito que esa fórmula completa, tenga un estudio científico que no me estropee la cepa”, subraya.

En el contexto de los tratamientos con antibióticos, el farmacéutico puede prevenir o manejar la disbiosis con el uso de probióticos. La vocal de Alimentación y Nutrición del COFM asegura que ese es el uso más estudiado. Por ello, cuenta con una bibliografía “aplastante”. En esta línea, aclara que el 70% del sistema inmune está en el intestino y la microbiota. Motivo de ello, “en tanto en cuanto estropeamos la microbiota con la toma de antibióticos, debemos recuperarla”. Cuanto antes la recuperemos, antes estará nuestro sistema inmune en “perfecto estado de revista”, alega. “No queremos que esté ni exacerbado ni deficitario, queremos que esté equilibrado. Ese es el objetivo de cuando damos probióticos a nivel inmunitario”, corrobora.

Un aliado para pacientes inmunodeprimidos o pediátricos

La combinación de probióticos y prebióticos en el manejo de la salud intestinal también es otra de las estrategias exitosas. “Está absolutamente demostrado que genera una sinergia”, sostiene. Por otro lado, Collado relata que de cara a educar a los pacientes en el uso correcto de probióticos, sobre todo en cuanto a dosis, duración del tratamiento o cómo tienen que conservarlos, es necesario el consentimiento informado en todas y cada una de las recomendaciones. Además, se debe tener una serie de precauciones en la recomendación de probióticos a poblaciones vulnerables como pueden ser los inmunocomprometidos o los pacientes pediátricos.

Al respecto, indica que, en el primer caso, es todo un aliado porque “no estimula el sistema inmune, sino que lo modula”. “Le enseña a cómo atacar a un patógeno, por ejemplo, sin necesidad de estimular mucho al sistema inmune”, añade. Por lo tanto, “es absolutamente recomendable para un paciente oncológico, pediátrico o inmunodeprimido el uso de probióticos“, enfatiza.

Seguimiento clínico y adherencia

Para Collado, el seguimiento de la respuesta clínica del paciente es una cuestión “que hay que mejorar mucho en la oficina de farmacia”. Pese a ello, sí que sostiene que “la adherencia al probiótico es de las más agradecidas que yo he visto en la farmacia”. Indagando en si la microbiota intestinal impacta en el metabolismo de fármacos, la vocal del COFM informa de que va a afectar principalmente en mitigar los efectos secundarios de los fármacos y, en algunas ocasiones, en conseguir mejores resultados farmacológicos. “La interacción entre una microbiota y un fármaco es casi inexistente”, subraya.

Finalmente, indica que tener equilibrada la microbiota intestinal puede preservar la salud durante mucho tiempo. “Hay que ser conscientes de ello porque estamos en pañales en cuanto a su conocimiento”, asevera. “Queda muchísimo por descubrir”, garantiza.


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