La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) ha publicado el documento Rol del farmacéutico comunitario como agente de salud en la cesación tabáquica. El objetivo de este trabajo es ofrecer información actualizada y completa de forma práctica sobre cuál debe ser la aportación de los farmacéuticos comunitarios en el abordaje del tabaquismo y en colaboración con otros profesionales de la salud. En la ejecución de este trabajo han participado, además de expertos de Sefac, representantes de las sociedades médicas de atención primaria Semergen, semFYC y SEMG y de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
El documento incluye tres partes: el rol asistencial del farmacéutico comunitario en tabaquismo (con repaso también a la normativa existente); un protocolo de actuación para las intervenciones breves y, por último, la situación de la financiación de las terapias contra el tabaquismo.
Rol del farmacéutico
El tabaco es la principal causa aislada de mortalidad en países desarrollados y segunda (tras la hipertensión) en todo el mundo (6 millones de muertes al año, 600.000 de fumadores pasivos), además de principal factor de riesgo cardiovascular y se asocia a 18 cánceres de distinta naturaleza. En España, fumar es la mayor causa de morbimortalidad evitable, con una elevada prevalencia, que está relacionada con 150 muertes diarias.
Por todo ello, es imprescindible contar con todos los recursos disponibles para abordar con éxito este problema de salud pública y uno de esos recursos es el farmacéutico comunitario, ya que una de cada cuatro personas que quiere dejar de fumar recurre al farmacéutico comunitario en su primer intento, el 40 por ciento en su segundo intento y en un tercer intento esta cifra alcanza hasta el 46,6 por ciento.
Jesús C. Gómez, presidente de Sefac, explica los motivos por los que es tan importante la implicación de los farmacéuticos en esta materia: “A la farmacia comunitaria acuden pacientes crónicos de manera regular a recoger su medicación, pero también pacientes con patologías agudas y gente sin patología que no acude a otros centros sanitarios y que pueden ser fumadores, de ahí que el farmacéutico pueda hacer mucho en la detección de estas personas y en su motivación para que abandonen el tabaquismo con éxito”, apunta. Esto es especialmente importante, ya que, prosigue Gómez, “en la actualidad, los registros que hacen los distintos profesionales sobre el consumo de tabaco en las historias de tabaquismo no llegan al 50 por ciento”.
El documento explica qué puede aportar el farmacéutico comunitario en los servicios de dispensación, indicación farmacéutica, seguimiento farmacoterapéutico y también el servicio de cesación tabáquica CESAR, promovido por esta sociedad científica para la cesación tabáquica en farmacias comunitarias.
Intervención breve
El texto también incluye un protocolo de actuación para intervenciones breves. Cerca de un 6 por ciento de los pacientes consiguen dejar de fumar sólo con la intervención breve y, en España, según la Encuesta Nacional de Salud 2017, el número de fumadores fue de un 22 por ciento de la población (más de 10 millones de personas), por lo que con una mínima intervención se conseguiría que 130.000 personas dejaran de fumar.
El protocolo de intervención breve recoge, entre otras cosas, cómo captar a los pacientes, cómo actuar en pacientes que quieren dejar de fumar y en aquellos en los que no, cómo reforzar en aquellos pacientes que han dejado de fumar recientemente, etc. Asimismo, el documento hace una llamada a la colaboración interdisciplinar, ya que la intervención de, al menos, dos clínicos diferentes, mejora la efectividad de la intervención.
Financiación de terapias
Por último, tras la reciente decisión del Ministerio de Sanidad de financiar terapias contra el tabaquismo, es importante conocer en qué situaciones y cómo se puede acceder a esta financiación.
Por este motivo el documento finaliza con un repaso de las condiciones de financiación del arsenal terapéutico existente en esta materia, ya sean terapias farmacológicas de prescripción (vareniclina y bupropion con sus distintas presentaciones y características), terapias sustitutivas de la nicotina (chicles, comprimidos, parches, espray bucal) y terapia cognitiva/conductual.