Las oficinas de farmacia son el primer punto de contacto sanitario de los pacientes. Fruto de ello, se convierten en el espacio idóneo en el que poder ejercer la labor de educación sanitaria que caracteriza a la vertiente comunitaria. En concreto, con la llegada del verano y de las altas temperaturas, se produce el aumento de la exposición a la radiación ultravioleta, cuestión que adquiere especial relevancia en lo que respecta a fármacos fotosensibilizantes.

Para poder hablar de fotosensibilidad inducida por fármacos se deben producir tres circunstancias: una administración sistémica o tópica de un medicamentos; una absorción de fotones de una determinada longitud de onda (la mayoría de los fármacos que pueden causar estas reacciones lo hacen después de su interacción con el espectro de radiación ultravioleta A, 320-400 nm, y/o ultravioleta B, 290-320 nm); y la manifestación cutánea anormalmente exacerbada. Entre los fármacos fotosensibilizantes más comunes destacan desde anticonceptivos, antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos hasta antidepresivos, antihipertensivos o antidiabéticos.

Doxiciclina, dexketoprofeno e hidroclorotiazida, entre los más comunes

Julián Navas, miembro del departamento de Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF), ha declarado a EG que es esencial que se conciencie sobre estos fármacos desde las boticas. “Las reacciones de fotosensibilidad son poco conocidas y, en ocasiones, pueden causar lesiones graves”, garantiza. Por ello, insiste en que “debe existir una educación sobre el uso seguro de estos medicamentos y una prevención de reacciones adversas”. De hecho, afirma que, a día de hoy, la población no es consciente de los peligros asociados a la interacción de estos medicamentos.

Entre los fármacos que más comúnmente se asocian a estos problemas de fotosensibilidad, Navas destaca la doxiciclina (antibiótico), el dexketoprofeno (antiinflamatorio), la hidroclorotiazida (diurético y presente en algunos antihipertensivos), la amitriptilina (antidepresivo) y la isotretinoina (antiacné). Con respecto a las reacciones de fototoxicidad más frecuentes, en las que el organismo responde frente a la luz solar o luz artificial de alta intensidad después de la toma de ciertos medicamentos, señala la aparición de quemaduras solares, erupciones cutáneas, ampollas o decoloración de la piel.

Fototoxicidad farmacológica

Hay dos tipos de fotosensibilidad, por un lado, la fototoxicidad y, por otro, la fotoalergia. La primera de ellas está asociada a un daño celular directo de naturaleza no inmunológica y suele aparecer a los pocos minutos u horas después de la exposición y de la toma del medicamento. Según indican en el Portal del Medicamentos del Servicio de Salud de Castilla y León, es más frecuente con la administración sistémica de medicamentos, aunque también puede ocurrir con tratamientos tópicos. La reacción fototóxica se desencadena cuando el fármaco libera la energía ultravioleta previamente absorbida y daña el ADN o las membranas celulares.

“Las erupciones fototóxicas son más frecuentes con tratamientos prolongados y a dosis altas”, informan. No obstante, alertan de que, a parte de los medicamentos, la fototoxicidad puede ser ocasionada por cremas cosméticas, desodorantes, jabones antisépticos y sales de cadmio utilizadas en los tatuajes. De hecho, aseguran que el consumo crónico de estas sustancias puede generar envejecimiento cutáneo e inmunodepresión.

El ketoprofeno y la fotoalérgica

Poniendo el foco en las reacciones fotoalérgicas, desde el Portal de Medicamentos castellano-leonés resaltan que es una reacción de tipo inmunológico, por lo que requiere una exposición previa al agente fotosensibilizante. Ésta se desarrolla entre 1-44 días después de la exposición solar. “La radiación ultravioleta puede modificar la estructura química de algunas cremas o componentes de la medicación”, garantizan desde el Portal del Medicamento. Asimismo, destacan el ketoprofeno como el fármaco que con mayor frecuencia se ha asociado con este tipo de reacciones, así como diuréticos, fluoroquinolonas, cloroquina y carbamazepina.

“Normalmente éstas se identifican una vez parecen los síntomas y se acude al servicio médico de urgencia”, alega el miembro del departamento de SPFA del MICOF. “Los síntomas suelen aparecer a las pocas horas de la toma del medicamento y tras la exposición a la luz“, añade. De hecho, alerta de que, en algunos casos, “las lesiones pueden aparecer en lugares no expuestos a la luz de forma directa”. Al respecto, incide en que, ante sospecha de esta reacción adversa, “se debe evitar la exposición solar y acudir al médico lo antes posible para valorar tanto las lesiones como la posibilidad de cambiar de medicamento para evitar esa sensibilización”.

Tratamiento y recomendaciones preventivas

Con respecto al tratamiento que se destina a estas reacciones cutáneas de fotosensibilización indica que “normalmente se tratan de forma sintomática con cremas hidratantes y calmantes”. No obstante, “en casos muy graves, los servicios médicos pueden pautar cremas con corticoides o apósitos especiales”, sostiene.

Para evitar su aparición, Navas explica algunas de recomendaciones de protección a implementar. Entre ellas, destaca evitar la exposición solar, la aplicación de protección solar con un alto FPS o el uso de sombreros de ala ancha, pantalones largos, prendas de manga larga y gafas de sol homologadas.

A día de hoy, Navas garantiza que todos los envases de medicamentos que pueden causar fotosensibilidad incluyen un pictograma indicando esta posibilidad. Además, esta precaución también queda indicada en el prospecto y la ficha técnica del medicamento. “El farmacéutico suele ser el encargado de indicar al paciente las recomendaciones para evitar estas reacciones de sensibilidad y puede también asesorar en el fotoprotector más adecuado”, concluye.


También te puede interesar…