Frente a la delicada situación sanitaria en la que se encuentran muchos hospitales irlandeses que incluso han alcanzado niveles récord de ingresos, la Irish Pharmacy Union (IPU) —organización que representa a los farmacéuticos comunitarios del país— pide aportar soluciones para descongestionar el sistema de salud. Entre los servicios que las boticas podrían ofrecer de inmediato destacan la puesta en marcha de un programa nacional de triajes que incluya un plan para enfermedades menores, el uso de medicamentos de emergencia o el tratamiento de lesiones poco graves. “Estas actuaciones eliminarían miles de visitas innecesarias al médico de cabecera y urgencias cada mes”, señalan.
De esta manera, desde la institución denuncian que las boticas están infrautilizadas en un momento donde la crisis sanitaria no tiene visos de solucionarse. De hecho, el presidente de la IPU, Dermot Twomey, a través de un comunicado, ha querido destacar que el sector farmacéutico está “listo para hacer más para apoyar a los pacientes y proporcionar atención en nuestras comunidades”. Twomey destaca que las 1.900 farmacias de Irlanda están ubicadas en casi todas las comunidades, son de fácil acceso y “deberían estar entre la primera línea de defensa de nuestro sistema de salud“.
El presidente de la IPU recuerda que el sistema sanitario del país (HSE, por sus siglas en ingles) recomendó a los ciudadanos que evitaran acudir a los servicios de urgencia en la medida de lo posible y que visitaran a los médicos de cabecera y las farmacias, si su situación no era grave. Pero reclama que, para que las farmacias puedan ofrecer una mayor atención a los ciudadanos, es necesario un respaldo legal por parte de las autoridades para aprovechar el potencial de la farmacia comunitaria.
“Las farmacias, por supuesto, están en una buena posición para brindar atención y consejos de salud a quienes lo necesitan. Sin embargo, no podemos entender por qué el HSE dirige a los pacientes a las farmacias sin hacer nada para aumentar la gama de servicios clínicos que podemos brindar”, denuncia Dermot Twomey.
Servicios en línea con otros países
Poco a poco en otros países también se ha abierto un debate sobre cómo la farmacia comunitaria puede colaborar de una forma más activa con los sistemas de salud. El Gobierno de Queensland, en Australia, ha llegado a un acuerdo con las instituciones farmacéuticas para diseñar y poner en marcha un piloto de carta de servicios en las farmacias en tres áreas clave.
La gestión de la medicación, incluida la vacunación, la prescripción autónoma para las afecciones comunes agudas y la prescripción basada en protocolos como parte del programa de gestión de enfermedades crónicas. La implantación de esta prueba, que supone un mayor alcance de la práctica de la farmacia comunitaria, está prevista a lo largo de este año.
Una demanda en España
La Farmacia puede y debe responder de manera más decisiva frente a los desafíos en materia de Salud Pública de nuestro país. En concreto, 8 de cada 10 personas reclaman más servicios asistenciales desde las farmacias y 9 de cada 10 considera necesario una mayor integración en la Atención Primaria, según una encuesta de GAD3 para el CGCOF. Unas demandas que pasan por una mayor integración de la red de farmacias comunitarias en el Sistema Nacional de Salud y la prestación de mayores servicios sanitarios.
En concreto, un 85 por ciento de los encuestados quiere una mayor cooperación de las boticas en, por ejemplo, medición de parámetros clínicos (78 por ciento), dispensación colaborativa de fármacos hospitalarios (74 por ciento), labores de vacunación (79 por ciento) o detección de patologías (49 por ciento), como Covid, VIH o algunos tipos de cáncer.