La teoría dicta que, hasta la aprobación de un real decreto, el texto debe pasar por distintos trámites. Tanto en su fase primaria de elaboración como en su posterior consulta pública, supervisión por distintos entes, hasta su final aprobación por el Consejo de Ministros y publicación en el BOE.
Ese es el camino que, desde finales de abril viene siguiendo el proyecto de RD que permitirá la dispensación sin necesidad de receta de test de autodiagnóstico de la COVID-19 en las farmacias españolas. En concreto, las últimas informaciones de la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, indican que el texto está siendo aún analizado por el Consejo de Estado.
Ahora bien, la teoría no siempre liga bien con la realidad. O la necesidad. En este sentido, farmacéuticos y usuarios siguen sin entender el retraso que acumula la entrada en vigor de una medida tan necesaria para el mejor control de casos positivos de COVID-19. En especial, dado que las farmacias vienen aprovisionándose de estos productos desde hace semanas y siguen guardados en las estanterías y robots automáticos de las reboticas, así como por el repunte de casos al que asiste.
Por ejemplo, el Consejo General de Farmacéuticos (CGCOF) lamenta “el tiempo que se está perdiendo” en aprovechar la red de farmacias para reforzar la capacidad de detección precoz del Sistema Nacional de Salud. “La red de 22.137 farmacias, con sus 54.555 farmacéuticos comunitarios, está plenamente preparada para la dispensación a los ciudadanos de test de autodiagnóstico sin receta para la COVID-19”, apuntan desde la máxima corporación farmacéutica nacional.
Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, lamenta el retraso que se está produciendo en la aprobación del Real Decreto “más aún si cabe en un escenario de repuntes como el que se atraviese en el que el papel del farmacéutico puede ser fundamental, como lo está siendo en el resto de Europa”.
Los COF catalanes piden celeridad
Desde los colegios farmacéuticos, en mayor o menor medida, también se viene reclamando celeridad. Los últimos en hacerlo han sido los colegios catalanes que, en un comunicado, reclaman que se apruebe “urgentemente” la modificación del RD 1662/2000 sobre productos sanitarios para el diagnóstico “In vitro”, que posibilitará la dispensación de test de autodiagnóstico de la COVID-19 sin receta médica.
En concreto, el Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña denuncia que “este incomprensible escenario genera incertidumbre a la población —que diariamente se dirige a las farmacias a pedir test—, e impotencia entre el colectivo farmacéutico, que no puede dispensar sin receta un producto que es clave para cribar a la población, aislar casos positivos y descongestionar Centros de Atención Primaria”.
La gran demanda actual en las farmacias es, sobre todo, “por parte de personas jóvenes o que quieren asistir a varios acontecimientos, u otras que se encuentran que han sido contacto estrecho de algún positivo y los CAP están colapsados”, aseguran. “Hay que recordar que cuanta más gente se teste, más positivos se aislarán y será más fácil controlar la pandemia”, añaden.
“Ir un paso más allá”
El Consejo de COF de Cataluña, al ser consciente de la problemática actual –con los indicadores de contagio en aumento y la pandemia en expansión-, y de la urgencia para dar respuesta a necesidades sanitarias y sociales, reclama asimismo a las autoridades sanitarias “ir un paso más allá de la dispensación, abriendo la posibilidad a realizar test de antígenos desde las farmacias y registrar y certificar los resultados”.
El objetivo es aprovechar la capilaridad de la red de farmacias catalanas y contribuir nuevamente a ser parte de la solución de la detección precoz de la COVID-19, desplegando un circuito validado y seguro que permita detectar el mayor número de casos posibles. “Tal y como se ha demostrado en anteriores ocasiones, los farmacéuticos tienen capacidad para participar en programas de cribado de la COVID-19”, exponen.