El futuro de la farmacia pasa de manera inexorable por estrechar la distancia entre farmacia y paciente gracias a los recursos que la salud digital ofrece. Este es el quid para la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) que señala cómo una mayor contribución de los pacientes, las terapias digitales o la inteligencia artificial están llamadas a revolucionar el sector. Gracias a esto, el sector ha comenzado a implementar procesos y soluciones tecnológicas que han contribuido a adoptar cambios significativos en el ámbito de la investigación y el desarrollo de nuevos productos, así como en la forma de relacionarse con los profesionales de la salud y los pacientes.
Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial y las herramientas de aprendizaje automático ya han empezado a desempeñar un papel fundamental en la industria farmacéutica. Esta tecnología permite segmentar y cribar a los candidatos más adecuados para someterse a ensayos clínicos con el objetivo de reducir los riesgos y el tiempo de ensayo y para optimizar los resultados.
Además, la IA es una herramienta ideal a la hora de automatizar la lectura de historias clínicas y predecir patrones de comportamiento para conocer la reacción de un paciente ante un determinado tratamiento. Sin embargo, donde juega un papel más importante es en el desarrollo de nuevos fármacos. En las primeras fases de este proceso, la Inteligencia Artificial resulta crucial para realizar pruebas que muestren el comportamiento de la estructura molecular de cualquier elemento ante un determinado compuesto.
Otra de sus aplicaciones es la utilización de medicamentos que ya han sido aprobados para otros usos diferentes de los originales. A través de la IA se pueden generar hipótesis de uso de una forma mucho más rápida.
Impresión 3D
La evolución de la tecnología aditiva y de la impresión 3D no sólo ha permitido empezar a diseñar prótesis e incluso órganos y tejidos biológicos para ser utilizados en el ser humano, sino que también ha contribuido a desarrollar píldoras específicas y personalizadas.
En la actualidad ya existen empresas que utilizan impresoras en 3D para diseñar este tipo de medicamentos. Su gran aportación es que permite confeccionar fármacos con las dosis y los componentes exactos que necesita un paciente para una dolencia determinada, en función de sus características. Este tipo de fármacos constituyen uno de los pilares sobre los que está llamada a asentarse la medicina personalizada.
Realidad Virtual
Algunos laboratorios ya han comenzado a explorar esta tecnología para investigar y producir nuevos medicamentos. La Realidad Virtual permite a los investigadores observar estructuras como proteínas y comprender cómo interactúan con nuevos fármacos.
Gracias a ella se pueden realizar pruebas de nuevos fármacos con mayor celeridad y observar el proceso de fabricación de una forma virtual y pormenorizada. Y, sobre todo, esta tecnología permite comprobar el impacto y el resultado que tiene un medicamento sobre las personas en una experiencia inmersiva capaz de mostrar su interacción en el interior del cuerpo humano.
Digital Therapeutics
Las Digital Therapeutics (DTx) son terapias impulsadas por software que están pensadas para prevenir, controlar o tratar un trastorno o una enfermedad, y que tienen un beneficio clínico comprobado. Tal y como recoge la Unión Europea, este tipo de intervención terapéutica puede ayudar a un paciente a autogestionar los síntomas de una enfermedad para mejorar su calidad de vida a través de herramientas tecnológicas como smartphones, apps, sensores, etc.
Una de sus ventajas es que estas terapias, al estar dirigidas y personalizadas, se pueden utilizar como tratamiento único o como complemento a otras terapias farmacológicas. En la actualidad se desarrollan DTx para prevenir y abordar dolencias como la diabetes tipo II, la insuficiencia cardíaca congestiva, la enfermedad de Alzheimer, la ansiedad y la depresión, entre otras.