El pasado 16 de abril, Nuria Berenguer, especialista en Farmacia Hospitalaria (FH) e investigadora centrada en la farmacología clínica y asistencial, ingresó oficialmente como académica en la Academia de Farmacia del Reino de Aragón. «Para mí es un honor pertenecer a esta prestigiosa institución y también una oportunidad de colaborar con otros miembros de la Academia en el avance de la farmacoterapia», señala en una entrevista a EG.

De hecho, Berenguer indica que, actualmente, hay un esfuerzo notable por las políticas de antibióticos y también por incorporar a farmacéuticos comunitarios en los equipos PROA, «área en la que podría aportar mis conocimientos», asegura. También señala que le gustaría participar en otros proyectos o formaciones que puedan surgir relacionados con la optimización de la farmacoterapia.

De izquierda a derecha: La presidenta del COF de Zaragoza junto a Nuria Berenguer y al presidente de la Academia de Farmacia del Reino de Aragón.

Impacto de la resistencia a los antibióticos

En la actualidad, la resistencia a los antibióticos es un problema creciente y cada vez más preocupante en el ámbito hospitalario y el comunitario. En este aspecto, destacan las infecciones causadas por enterobacterias productoras de BLEE. De hecho, las autoridades correspondientes están trabajando en la implementación de políticas de antibióticos para optimizar la terapia antimicrobiana, mejorando así los resultados clínicos en los pacientes y reduciendo las resistencias bacterianas.

Los farmacéuticos desempeñan un papel clave en estos programas multidisciplinarios, contribuyendo con su experiencia en la farmacoterapia y conocimiento de los antimicrobianos. Motivo de ello, en el acto de celebración, Berenguer leyó el discurso «Enterobacterias productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE): el papel del farmacéutico en las políticas de antibióticos hospitalarias y comunitarias” en el salón de actos del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.  

Con respecto a cómo impacta la resistencia a los antibióticos en las oficinas de farmacia y en la FH, sostiene que esto dificulta la instauración de tratamientos empíricos apropiados y disminuye las opciones terapéuticas de los tratamientos dirigidos. «Esto conlleva un incremento de la morbilidad y mortalidad de los pacientes, así como un aumento en los gastos sanitarios», asegura.

El papel de los farmacéuticos

Poniendo el foco en el papel que juegan los farmacéuticos en la mejora de resultados clínicos y en la reducción de las resistencias bacterianas, sostiene que «su labor es clave». De hecho, incide en su relevancia tanto en la formación de los médicos prescriptores e información a los pacientes como en intervenciones de ayuda a la prescripción (monitorización de fármacos y recomendaciones de pautas posológicas, duración de los tratamientos, selección del antibiótico más apropiado en base al antibiograma y las características del paciente, etc.).

«En las comisiones de farmacia y terapéutica, que siempre incluyen un farmacéutico, se deciden también las políticas restrictivas respecto a determinados grupos de antibióticos«, indica Berenguer. Además, asegura que todos estos aspectos «tienen un impacto directo en el resultado clínico en los pacientes y en la reducción de resistencias».

Incorporación de los comunitarios en los PROA

Según indica Berenguer, en las farmacias hospitalarias, el farmacéutico forma parte integral de los equipos PROA, participando de forma muy activa en el diseño y ejecución de estos programas. Sin embargo, esta es una situación que, por el momento, está muy lejos de hacerse realidad en la farmacia comunitaria. «La incorporación de los farmacéuticos en estos programas está en sus inicios y todavía queda mucho trabajo, pero el potencial de actuación es muy elevado», afirma.

A pesar de ello, sí que resalta que es «de suma importancia» que se conciencie de la importancia de hacer un uso racional de los antibióticos, fundamentalmente en el ámbito comunitario donde la decisión final del uso y administración del antibiótico es del propio paciente. Para ello, también asegura que es crucial la implicación activa de la Administración de cara a aumentar la implementación de campañas, dado que, a día de hoy, «la mayoría de los pacientes desconocen las consecuencias de no tomar adecuadamente los antibióticos».

En esta línea, señala que, pese a este desconocimiento, «la población está mucho más concienciada que hace unos años». No obstante, indica que, «ante un proceso febril muchos pacientes continúan tomándose antibióticos guardados en casa de procesos anteriores o solicitando antibióticos en la farmacia, lo cual es un indicador de que todavía falta concienciación».

Formación e investigación en antimicrobianos

La formación de los farmacéuticos, tanto hospitalarios como comunitarios, es uno de los pilares indispensables de cara a poder dar una atención de calidad a los pacientes. Incidiendo en el área de los antimicrobianos, Berenguer enfatiza en que es «imprescindible para formar parte de equipos multidisciplinarios y participar en la toma de decisiones». Además, añade, «la formación a otros profesionales y a los pacientes es fundamental para concienciar sobre el buen uso de estos medicamentos».

No obstante, la ya miembro de la Academia de Farmacia del Reino de Aragón lamenta que la investigación en nuevos antibióticos «está actualmente en fase de estancamiento». «Las moléculas más novedosas son los fármacos existentes a los que se les han añadido inhibidores de betalactamasas potentes», alega. Con respecto a la mayor novedad farmacológica en este campo destaca el caso de cefiderocol, «que tiene un mecanismo de acción un poco distinto y, por ello, tal vez el desarrollo de resistencias se retrase un poco más». También indica la introducción de alguna quinolona y aminoglucósido, «son un poco más potentes que los existentes, pero poco novedosos».


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