El documento “Improving access to safe and quality essential medicines and medical devices: The role of pharmacy” de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) analiza el papel crucial que juegan los farmacéuticos en mejorar el acceso a medicamentos y dispositivos médicos esenciales, garantizando su seguridad, calidad y disponibilidad. A lo largo del informe, se exploran los desafíos globales en el acceso a la atención médica, las iniciativas tomadas por la FIP y la comunidad farmacéutica, y cómo los farmacéuticos contribuyen a mitigar estos problemas.

El Papel de los Farmacéuticos

Los farmacéuticos desempeñan un papel central en garantizar que los pacientes reciban medicamentos seguros, efectivos y asequibles. Esto implica no solo la dispensación de medicamentos, sino también la educación del paciente, el seguimiento de interacciones medicamentosas y la prevención del uso indebido de productos farmacéuticos. De hecho, los profesionales también colaboran en asegurar el cumplimiento de buenas prácticas de manufactura y distribución, garantizando que los medicamentos mantengan su calidad durante todo el proceso de suministro.

Asimismo, uno de los principales retos es la asequibilidad de los medicamentos. Los farmacéuticos están involucrados en la negociación de precios y en la identificación de alternativas genéricas cuando es posible, lo que ayuda a reducir los costos para los pacientes y los sistemas de salud. Además, tienen un papel clave en la gestión de desechos de medicamentos, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental y a la reducción de riesgos de contaminación.

Acceso a Medicamentos y Dispositivos Médicos

Por otro lado, el acceso a medicamentos esenciales y dispositivos médicos es un componente fundamental del derecho a la salud. Estos productos son cruciales para prevenir y tratar enfermedades, y su falta de disponibilidad exacerba las disparidades en salud. No en vano, en el contexto de la pandemia de COVID-19, los problemas de acceso se vieron agravados debido a interrupciones en la cadena de suministro y la competencia por recursos limitados, afectando de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables.

En este sentido, la FIP ha alineado sus objetivos de desarrollo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, específicamente el ODS 3, que se enfoca en asegurar una vida sana y promover el bienestar para todos. En particular, el objetivo 3.8 aborda la cobertura sanitaria universal, incluyendo el acceso a medicamentos y vacunas de calidad.

El acceso a medicamentos y dispositivos médicos está obstaculizado por diversos factores, que incluyen políticas públicas inadecuadas, sistemas de salud frágiles, barreras financieras y fallas en la cadena de suministro. Los países de ingresos bajos y medianos (LMIC) enfrentan una falta de acceso significativa, ya que más de dos mil millones de personas no pueden obtener los medicamentos esenciales necesarios. Este problema se ve agravado por el aumento de precios y la falta de incentivos para la producción de medicamentos genéricos. De hecho, durante la pandemia, más del 90 por ciento de los países reportaron interrupciones en los servicios de salud esenciales, lo que destacó la fragilidad de los sistemas de salud y la urgente necesidad de mejorar el acceso.

Por su parte, el acceso a dispositivos médicos también presenta desafíos, incluyendo barreras regulatorias, diferencias en calidad y mantenimiento de dispositivos, y la falta de capacitación adecuada para su uso. Los dispositivos médicos incluyen desde pruebas diagnósticas hasta herramientas terapéuticas como nebulizadores e inhaladores. De hecho, los farmacéuticos también participan en la educación y el asesoramiento sobre el uso adecuado de estos dispositivos, ayudando a maximizar su efectividad y seguridad.

Iniciativas de la FIP

La FIP destaca la importancia de desarrollar una fuerza laboral farmacéutica competente y bien distribuida para mejorar el acceso global a medicamentos y servicios de salud. Hay una gran disparidad en la distribución de farmacéuticos entre países de altos y bajos ingresos, lo que subraya la necesidad de iniciativas específicas para aumentar el número de profesionales en regiones subatendidas.

Además, los avances tecnológicos ofrecen nuevas oportunidades para mejorar el acceso a medicamentos en áreas geográficamente aisladas. La telemedicina y otras herramientas digitales pueden ser aprovechadas por los farmacéuticos para proporcionar servicios de salud en comunidades remotas.

Asimismo, la FIP ha avanzado en su trabajo para mejorar el acceso a medicamentos desde su primera declaración de política en 2005. En la actualidad, el objetivo de la FIP, representado en su “FIP Development Goal 18”, es ampliar el acceso a medicamentos, dispositivos y servicios mediante una fuerza laboral farmacéutica capacitada, disponible y bien distribuida. Este objetivo se alinea con la meta de cobertura sanitaria universal promovida por la OMS y los ODS. Además, se enfoca en mejorar la sostenibilidad en la farmacia, asegurando que los enfoques para incrementar el acceso a medicamentos y dispositivos médicos minimicen el impacto ambiental.

Casos de Estudio

En otro aspecto, el documento incluye estudios de caso de países como Malasia, Sudáfrica, Egipto, los Países Bajos, Australia y España, que proporcionan ejemplos de cómo los farmacéuticos están contribuyendo a mejorar el acceso a medicamentos en sus respectivas regiones. Estos ejemplos muestran cómo diferentes enfoques regulatorios, innovaciones tecnológicas y colaboraciones entre partes interesadas pueden generar un acceso más equitativo a medicamentos esenciales y dispositivos médicos.

En definitiva, el acceso a medicamentos y dispositivos médicos de calidad es fundamental para garantizar el derecho a la salud. Los farmacéuticos, como los profesionales de la salud más accesibles, tienen un papel esencial en la mejora de este acceso, tanto a través de la gestión de la cadena de suministro como de la educación y el asesoramiento a los pacientes. La FIP continúa promoviendo políticas y estrategias que permitan que los farmacéuticos sigan siendo actores clave en la mejora de la salud pública global.


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