Ahora que la crisis sanitaria de la covid-19 —aunque no atajada— ha dado cierto respiro y permite redirigir los focos de atención, autoridades sanitarias y expertos vienen insistiendo en la importancia de retomar los campañas vacunales y redoblar esfuerzos en algunas de ellas. Es el caso, por ejemplo, de la vacunación antigripal, dado que, por una cuestión puramente temporal, puede coincidir con posibles rebrotes del coronavirus. En este caso, el objetivo debe ser ampliar “desde la inmediata campaña” los (bajos) porcentajes de cobertura que presenta España, muy alejados del 75 por ciento que recomienda la OMS. De manera especial en grupos de riesgo.
España ya ha hecho algunos movimientos que demostrarían esas intenciones. Por ejemplo, el acuerdo marco para la compra centralizada de vacunas frente a gripe recién convocado por el Ministerio de Sanidad incrementa casi un 7 por ciento las dosis a adquirir respecto a 2019. También está sobre la mesa del Ministerio la posibilidad de adelantar la campaña de vacunación antigripal para reducir el número de cuadros compatibles con el coronavirus. ¿Valen por sí solos estos pasos? Ya lo dijo Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.” Es la esencia de la innovación.
Un cambio en vacunación “necesario” y “urgente”
Por ello, cabe preguntarse, ¿necesita España innovar en este campo? Son muchas las voces que insisten en la necesidad de un cambio de rumbo en la estrategia de vacunación antigripal. Un giro que ya han pedido los profesionales médicos y que comparte la profesión farmacéutica. “¿Quieren (Administraciones) que se vacune más y llegar a más población? Si se sigue haciendo lo mismo, lograremos lo mismo. Hay que abordar otras realidades”, apunta Jesús C. Gómez, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac). “La farmacia comunitaria está dispuesta a colaborar en esa nueva estrategia y a ponerse a disposición de la Administración y de la sociedad”, completa.
También su homólogo del COF de Barcelona, Jordi de Dalmases, comparte su visión respecto a la urgencia del cambio y el rol de las boticas: “Tenemos la obligación de hablar de la colaboración que pueden prestar las farmacias en estos nuevos objetivos de cobertura y es una cuestión que se debe abordar ya, antes del verano”, apunta. Y Luis González, presidente del COF de Madrid, ofrece asimismo la red de 2.900 farmacias regionales. “La farmacia comunitaria está preparada y cualificada para aportar ante cualquier emergencia que se la necesite; aquí nos tienen”, indica. “La Salud Pública necesita más infraestructuras, como pueden ser las farmacias, para alcanzar la cobertura deseada”, completa Luis de Palacio, presidente de la patronal farmacéutica nacional FEFE.
Desde la colaboración: Enfermería ‘lidera’
Ahora bien, en ocasiones pasadas en las que la farmacia se ha ofrecido a aumentar su rol en torno a la vacunación antigripal, este ofrecimiento ha sido (erróneamente) calificado de intrusismo.
Por eso, la profesión farmacéutica quiere dejarlo claro. “No se trata de sustituir. La vacunación debe seguir efectuándose principalmente en los centros de salud y seguir siendo liderada por Enfermería. Pero existen otros modelos colaborativos”, recuerda Jesús C. Gómez. ¿Ejemplos? “Desde poder dispensar la vacuna, concertar citas para que acudan enfermeros a las farmacias a inmunizar… Hasta la propia administración por los farmacéuticos. Pero, fuera lo que fuese, dentro del consenso y la colaboración”, añade.
“Los farmacéuticos nos organizaríamos para dar el servicio que se nos requiere desde la seriedad, la colaboración y sin pisar el terreno de nadie”, coincide González. “En la campaña pasada ya se hicieron experiencias nuevas en España. ¿Funcionó bien? Sí. ¿Mejoraron los resultados? Sí. Ahí ya tenemos un ejemplo”, apunta el presidente madrileño en alusión al proyecto piloto puesto en marcha en Girona (una de las provincias con la tasa de cobertura vacunal antigripal más baja de España).
La primera experiencia en España
Como contó EG, gracias a un proyecto colaborativo entre el Instituto Catalán de Salut y los colegios de Farmacéuticos y Enfermería de Girona, las farmacias se convirtieron en puntos complementarios de vacunación a los centros de salud.
Una suerte de ‘repesca’ para aquellos pacientes que no se habían vacunado en el periodo recomendado y que aprovechaba la accesibilidad y mejores horarios de estos establecimientos. Así las cosas, previa concertación de una fecha y hora, las enfermeras se desplazaban a las farmacias para inmunizar a los pacientes. Este proyecto colaborativo, en su primera experiencia, logró inmunizar a medio millar de ciudadanos, de los cuales el 68 por ciento fueron mayores de 65 años y, por ende, pacientes de riesgo.
“Experiencias como la de Girona es un primer acercamiento de las farmacias a las nuevas estrategias vacunales que necesita la sociedad”, apunta Jordi de Dalmases, también presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña. Este dirigente confirma a EG que desde la corporación autonómica ya se han dirigido a la Dirección de Salud Pública del Catsalut para mostrar su predisposición a ampliar esta experiencia en la próxima campaña en nuevas zonas de Cataluña. Al cierre de esta información, aún no se había producido respuesta de la Administración.
De forma paralela, en Cataluña existe un grupo de trabajo abierto desde hace dos años entre el Consejo catalán de COF, la patronal regional Fefac y Sefac para abordar posibles vías de participación de las farmacias catalanas en vacunación antigripal.
El espejo (consolidado) internacional
El proyecto colaborativo de Girona —impulsado por la propia Administración— supone la vacunación de pacientes en (no por) las farmacias, en una iniciativa aun en fase de pruebas. Pero si se quieren buscar iniciativas más consolidadas, en las que incluso el farmacéutico ejerce la función de inmunizador, no hace falta irse muy lejos. Basta mirar a Portugal y Francia, con programas nacionales consolidados, y exitosos, de vacunación antigripal por farmacéuticos. “No puedo más que mirar a nuestros vecinos para corroborar la aportación profesional que puede hacer la farmacia en la mejora de las tasas de cobertura”, apunta el presidente de FEFE. “Portugal y Francia ya son realidades y números consolidados; hace tiempo que dejaron de ser probaturas”, coincide De Dalmases.
En el caso de Francia, la campaña recientemente concluida ha sido la primera que ha contado con la participación generalizada de las farmacias de todo el país, previa acreditación de los profesionales y siempre como complemento a los centros de salud.
Incrementos del 5% de la tasa
La pandemia del coronavirus ha retrasado la recopilación y publicación de los datos definitivos, pero las primeras estimaciones apuntaban a más de 3 millones de pacientes vacunados en las boticas — más de dos millones solo en el primer mes de campaña— y un incremento en torno al 5 por ciento de las tasas de cobertura respecto a la pasada campaña.
A finales de 2019, con la campaña aún abierta, el 25 por ciento de franceses que se habían vacunado frente a gripe en Francia habían elegido la oficina de farmacia para hacerlo. Otros importantes datos de esta experiencia gala, cuando se limitaba a varias regiones, es que casi un tercio de las vacunaciones en farmacias correspondían a “primeras inmunizaciones”.
Así las cosas, la farmacia comunitaria española llama a la puerta de las Administraciones. ¿Habrá respuesta? No parece en ningún caso —a las pruebas se remiten— un salto al vacío.