Uno de los grandes frentes sanitarios que requiere de un abordaje de manera imperiosa es la resistencia a los antibióticos o resistencia antimicrobiana (AMR, por sus siglas en inglés). Se trata de una de las grandes amenazas en materia de salud pública para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y para la Unión Europea. La diseminación de cepas multirresistentes y panresistentes a los antibióticos tienen un impacto sobre la morbilidad y mortalidad de las personas y su relevancia se debe tanto a los efectos directos en el control de infecciones bacterianas humanas o veterinarias, como a los efectos indirectos del incremento de costes para tratar estas infecciones —más de 1.500 millones de euros al año en costes sanitarios y pérdidas de productividad sólo en la Unión Europea—.
En España contamos con el PRAN —Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos—, un plan estratégico multidisciplinar coordinado por la Aemps junto con más de 70 sociedades científicas, organizaciones colegiales, asociaciones profesionales y universidades, y alrededor de 300 colaboradores expertos. Está basado en la vigilancia del consumo de antibióticos la prevención de las infecciones; investigación de nuevos antibióticos y tratamientos frente a estas bacterias multirresistentes; formación de los profesionales sanitarios; comunicación a la población general.
Como explican los expertos, la resistencia a los antimicrobianos puede además, afectar a otros procedimientos médicos habituales. Como en el caso de la cirugía, los trasplantes o el control de pacientes inmunosuprimidos, circunstancia que puede complicar gravemente estos procesos. La Farmacia tiene mucho que decir para atajar este desafío y desarrollar estrategias para preservar la eficacia de los antibióticos o reducir el impacto sobre la salud de personas y animales
FIP: “La pandemia silenciosa”
Manjiri Gharat, presidenta de la comisión sobre Resistencia Antimicrobiana de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) advierte de que, a consecuencia de que los antibióticos están perdiendo su poder, “pronto tendremos una era post-antibiótico similar a la era pre-antibiótico”, donde incluso tratar infecciones comunes con antibióticos podría no ser posible.
Desde la FIP han participado en el Plan de acción mundial de la OMS y han establecido una declaración política con el enfoque ‘One Health’ —que reconoce que la salud de los humanos, los animales y los ecosistemas están interconectados—. Exhortan a los Gobiernos a que desarrollen, financien, implementen, controlen y evalúen planes de acción nacionales para contener la AMR y también involucrar a los farmacéuticos en esta misión. “Instamos a las organizaciones farmacéuticas nacionales a que asuman un papel activo en el desarrollo y la implementación de estos planes, que deben incluir la vigilancia y el seguimiento del uso y la resistencia a los antimicrobianos, su distribución y regulación, y la prevención y el control de infecciones”, sostiene Gharat.
Como representante mundial de la farmacia, la FIP trabaja para explorar y promover soluciones farmacéuticas para combatir la AMR en todos los entornos del sector. Sus acciones se describen en el informe de la Federación ‘La lucha contra la resistencia a los antimicrobianos: la contribución de los farmacéuticos’; que describe acciones para los sectores de educación, práctica profesional, investigación científica y desarrollo de la fuerza laboral. “Ahora estamos en medio de una pandemia silenciosa y creemos que se puede hacer más, como que los farmacéuticos realicen la administración antimicrobiana, no solo en los hospitales, sino también en la atención primaria. Juntos nuestra profesión puede contribuir aún más a la prevención de la RAM”, concluye Manjiri Gharat.
CGCOF: “Nos parece vital concienciar a la opinión pública de esta problemática”
Se estima que en España las bacterias resistentes están detrás de forma directa de cerca de 3.000 muertes anuales. “Sin embargo, es de esperar que estos datos pudieran incrementarse en el futuro si no se toman medidas eficaces en los casos de multirresistencia en los que no desgraciadamente no se dispone de alternativas terapéuticas”. Cuenta Iván Espada, Responsable del Área de Información del Medicamento del CGCOF.
Desde el Consejo General alertan de que muchas personas consideran a los antibióticos como medicamentos útiles en cualquier proceso, sin tener en cuenta el origen del microorganismo causante. Esto lleva a que se recurra al uso de antibióticos que no tienen ninguna utilidad para tratar infecciones víricas, como gripe, resfriado o COVID-19 o para “tratar infecciones autolimitadas que suelen curar por sí mismas y en las que los antibióticos no aportan prácticamente ningún beneficio en la terapia de estos pacientes”, señala Espada.
Desde el órgano colegial defienden que la lucha contra la resistencia a los antibióticos debe partir como una serie de iniciativas transversales en las que participen todos los estamentos de la población: “Nos parece vital concienciar a la opinión pública de esta problemática, para sumar a todo el mundo en la lucha contra la resistencia, y en el uso racional de los antibióticos”. Ahí entran tanto los profesionales sanitarios, la Administración Pública y, especialmente, los ciudadanos. Con el agravante, recuerdan, de que la mayoría de las agresiones sufridas por los farmacéuticos se deben a la negativa de este profesional a dispensar medicamentos sin receta.
Para involucrarse en este asunto, desde el CGCOF han coordinado, junto a los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, multitud de campañas en los últimos años para trasladar mensajes como la necesidad de usar los antibióticos sólo con receta, la importancia de seguir las instrucciones del médico durante el tratamiento o de la necesidad de eliminar correctamente los restos de tratamientos a través del SIGRE.
Sefac: “Tenemos ante nosotros una década decisiva para reconducir la situación”
No solo es una amenaza en la actualidad, si miramos al futuro las cifras son desalentadoras porque para el año 2050 se estima que la primera causa de muerte en Europa sean las multirresistencias. Para Iulia Rosu, del grupo de Enfermedades infecciosas e inmunología de SEFAC, “tenemos ante nosotros una década decisiva para reconducir la situación, ya que esto supondría un aumento de la mortalidad y una situación insostenible para el sistema sanitario”.
Rosu defiende que los farmacéuticos comunitarios tienen un papel decisivo tanto en la educación, como en la sensibilización y uso racional de los antimicrobianos, pero su sensación es que por ahora “no existe en la población una concienciación sobre la gravedad del asunto”. Por ello pide que el enfoque ‘One Health’ sea transversal, desde la asistencia hospitalaria a la asistencia primaria, donde el margen de mejora es más amplio. “Urge la necesidad de instaurar PROAS similares a los de los hospitales en atención primaria, donde la colaboración médico-farmacéutica es fundamental”, señala Rosu.
Desde Sefac están inmersos en una campaña de divulgación y concienciación del uso racional de antibióticos, dirigida tanto a profesionales como a la población con el fin sensibilizar sobre la importancia de este tema. Además también valorarán “el desarrollo de un trabajo de investigación sobre la evolución de las prescripciones y dispensaciones de antibacterianos, así como el consejo farmacéutico que acompaña a la dispensación”.
Sefap: “La figura del farmacéutico juega un papel clave como especialista del medicamento”
En el año 2021, la mortalidad por infecciones provocadas por bacterias resistentes fue 4 veces mayor que por accidentes de tráfico, “un dato desconocido por la población”, argumenta Lucía Jamart, coordinadora del curso de formación para mejorar el conocimiento y el uso adecuado de antibióticos elaborado por SEFAP en el marco del convenio firmado por la Aemps (PRAN) y la SEFAP.
Como explica Lucía Jamart, los antimicrobianos son fármacos muy difíciles de manejar, a diferencia de otras patologías en la que la activación o inhibición de una determinada proteína del organismo se logra el efecto terapéutico. “La quimioterapia antimicrobiana requiere de una triple relación entre el microrganismo causante, la dosis de antimicrobiano seleccionado y la concentración alcanzada en el lugar de infección, que dependerá a su vez de factores intrínsecos del propio individuo”. Esta triple interacción está gobernada por relación farmacocinética y farmacodinámica (PK/PD) de la que dependerá el éxito terapéutico.
Por ello, en la adecuada prescripción y manejo de antimicrobianos, además de los conocimientos farmacológicos, se requiere formación específica en aspectos microbiológicos farmacocinéticos y farmacodinámicos. “Es por tanto indispensable el abordaje de la infección con la participación de distintos profesionales sanitarios, en la que la figura del farmacéutico juega un papel clave como especialista del medicamento, en la selección del antimicrobiano idóneo así como la dosis y pauta adecuada en función de las características PK/PD del fármaco, lugar de la infección y características de los pacientes”, defiende Jamart.
Considera indispensable la implantación de los PROA que disponen de normas de certificación a nivel hospitalario y comunitario y piden, además, la homogeneización de las recomendaciones locales, nacionales e internacionales. “Otra forma novedosa de atajar este desafío” sería implantar ayudas en los módulos de prescripción que faciliten la selección adecuada de los antimicrobianos e incluso medidas barrera que la dificulten en determinadas patologías. “Todas las comunidades autónomas disponen tanto en Atención hospitalaria como primaria de receta electrónica lo que facilitaría la incorporación de este tipo de medidas de forma homogénea en todo el territorio español”. Desde Sefap trabajan en la información y formación a profesionales sanitarios, también participan en la guía terapéutica antimicrobiana del SNS, colaboran en el PRAN e intervienen en proyectos de investigación como BIFAP-PRAN o sobre el consumo de antibióticos en pediatría.