La entrega de medicamentos de Dispensación Hospitalaria (DH) a pacientes no hospitalizados en las farmacias es una realidad para varias regiones del país. Una apuesta que empezó durante la crisis de la COVID-19 cuando el Ministerio de Sanidad autorizó a las CC. AA. realizar este servicio a decisión propia. Las diversas pruebas piloto que comenzaron al calor de la pandemia se han consagrado en convenios de colaboración entre las Consejerías y sus respectivos Colegios Oficiales. La semana pasada la Comunidad Valenciana firmó el acuerdo para la entrega de estos medicamentos hospitalarios a pacientes no ingresados. Un servicio implantado también en Navarra, Cantabria, Andalucía y Cataluña.

El Servicio de Farmacia Hospitalaria (SFH) es el responsable de este proceso dispensador que se encarga de seleccionar, priorizar y estratificar a los pacientes. Los COF de las comunidades autónomas garantizan la recogida de los medicamentos preparados en los SFH públicos de manera individualizada y confidencial. Este servicio incluye las funciones propias de comunicación, recepción del paciente y registro del acto. El objetivo es garantizar la continuidad asistencial de los pacientes y su acceso a los medicamentos hospitalarios. El farmacéutico asegura el control durante toda la cadena entre hospitales, farmacia comunitaria y distribución.

Los datos generales recogidos por el CGCOF hasta mediados del año pasado reflejan que más de 30 mil pacientes —en su mayoría crónicos e inmunodeprimidos— se beneficiaron de esta dispensación colaborativa y han podido retirar más de 200.000 medicamentos hospitalarios. Una actuación que cuenta con la participación de más de 6 mil farmacias y 70 servicios de FH. Son muchas las ventajas para el paciente: evita desplazamientos innecesarios al centro hospitalario a pacientes con patologías complejas, facilita la integración de medicación al paciente crónico y mejora su adherencia y supone un ahorro de tiempo y dinero al sistema al facilitar el acceso a la medicación.

Despliegue por comunidades

En Cataluña el protocolo de actuación está avalado por el CatSalut y el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya (CCFC). Hasta la fecha más de 11 mil pacientes han podido recoger su medicación en las más de 2.600 boticas activas y los 39 hospitales adheridos. “Este circuito favorece la coordinación entre niveles asistenciales, fundamental para una atención al paciente más segura y eficiente”, explica a EG Montse Gironès, secretaria del CCFC.

En Cantabria, tras el pilotaje entre marzo y mayo de 2020, esta alianza se consolidó en septiembre de ese mismo año y sigue activo desde entonces. Un procedimiento elaborado conjuntamente por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria, el Colegio de Farmacéuticos de Cantabria y la distribución farmacéutica. Por ahora hay cerca de 300 farmacias participantes y más de 20 mil entregas. “Permite al paciente establecer un contacto más continuado y personalizado con consejo farmacéutico. Además, para el sistema supone un importante ahorro de costes”, cuenta Plaza Zubizarreta, presidenta del COF Cantabria.

Por su parte, en Andalucía este servicio comprende a más de dos mil farmacias y 13 SFH, que han realizado cerca de 170 mil entregas a más de 18 mil pacientes. El convenio de colaboración entre los ocho colegios profesionales —al amparo del CACOF— con el Servicio Andaluz de Salud y Bidafarma se renovará el próximo marzo. “Queremos resolver un problema al paciente y aprovechar una colaboración entre FH y comunitaria que hemos tenido olvidada”, comenta Ernesto Cervilla, vicepresidente del Cacof.

En la Comunidad Valenciana, como ya hemos publicado, el pilotaje comenzó en 2021 y se materializó mediante un primer convenio el año pasado. Por ahora, es el único territorio que tiene estipulado la remuneración del servicio, que contempla la estimación del tiempo del ejercicio profesional que se requiere para la realización de todo el proceso. La retribución es de 7,50 euros por actuación, aunque aún queda acordar cómo será el reparto entre la oficina y distribución. “Un acuerdo posible gracias al compromiso desinteresado de muchos agentes en favor del paciente, que demandaba esta prestación”, expresa Rosa Arnau, presidenta del Consejo Valenciano de Colegios Farmacéuticos y del COF de Castellón

Ampliar el rol del farmacéutico comunitario

Este proyecto pone de relieve la necesaria participación de la farmacia comunitaria con el resto del sector y con otros profesionales sanitarios. Una colaboración conjunta, entre Farmacia Hospitalaria, distribución y boticas, con plenas garantías durante todo el proceso del medicamento: custodia, transporte, seguimiento, trazabilidad, recepción y dispensación.

“Entendemos que esta iniciativa tiene importancia como un primer paso en la colaboración entre la farmacia hospitalaria y la farmacia comunitaria, pero se tendría que ir más allá; para, por ejemplo, promover la adherencia al tratamiento y detectar necesidades que puede tener el paciente”, demanda la secretaria del CCFC. Una opinión que comparte el vicepresidente del Cacof: “Queremos ir a más, no sólo dispensación colaborativa, queremos ayudar al farmacéutico hospitalario y mantener las puertas abiertas a colaborar con la Administración para ofrecer más servicios”.

Para la presidenta del COF Cantabria “se ha puesto en relieve la importancia de la colaboración interprofesional entre diferentes niveles asistenciales, como son la farmacia hospitalaria, la comunitaria y la distribución farmacéutica”. Una circunstancia, para la presidenta del Consejo Valenciano de Colegios Farmacéuticos, que “abre la puerta a otras colaboraciones futuras“.


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