Es colegiado del Muy Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) desde 1979 y ha pertenecido a la Junta desde el año 2001, primero como vocal, en 2002 como vicepresidente y, en la actualidad, como presidente. Jaime Giner se ha convertido en “la cara” visible de la farmacia valenciana. Motivo de ello, ha realizado un repaso para EG por los grandes logros de la organización colegial. Giner ha indicado que han logrado avances importantes que antes parecían inalcanzables. Actualmente, están impulsando dos estrategias concretas, por un lado, la digitalización mediante la eliminación del cupón precinto y, por otro, la promoción de la investigación desde la farmacia comunitaria. En el marco de la entrevista, también destaca la férrea apuesta por el desarrollo de los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) y el proyecto Xarxa Pacients, que empodera a pacientes crónicos. Entre los desafíos clave para los profesionales, saca a colación la digitalización, la mejora de las condiciones de la farmacia rural y el impulso de los SPFA.
Pregunta. ¿Cuáles considera que han sido los mayores logros de la organización colegial estando usted al frente?
Respuesta. Han sido varios los hitos que hemos alcanzado gracias al convencimiento de que la colaboración, ya sea con la Administración, las instituciones o la sociedad, ha sido nuestra mejor herramienta para conseguir que la profesión y la farmacia avance en nuestro territorio. Han sido muchos años tendiendo la mano a la Administración sin resultados aparentes, hasta que por fin se han hecho realidad proyectos colaborativos multidisciplinares y necesidades que tiempo atrás no habríamos pensado que se harían realidad. Nuestra colaboración con las asociaciones de pacientes y con entidades sin ánimo de lucro no solo han resaltado la vertiente social de la farmacia y del farmacéutico, así como del propio MICOF, sino que han puesto de relieve la importancia de conocer las patologías muy de cerca para que el farmacéutico ofrezca un servicio excelente desde el mostrador de la farmacia, sino también desde cualquier modalidad profesional. La apuesta por fomentar la formación y los servicios profesionales entroncan también con este último punto. También cuidamos de nuestros colegiados. Hemos mejorado nuestras instalaciones y nuestros servicios y hemos trabajado por rebajar las cuotas colegiales y hacerlas más uniformes y acordes a la situación laboral del profesional farmacéutico.
“Tanto la Administración sanitaria como el resto de las profesiones sanitarias se han dado cuenta del peso específico del farmacéutico en el sistema de salud”
Por último, desde hace unos años estamos potenciando la unión de los tres colegios profesionales de la Comunitat Valenciana para hacer frente común antes determinados temas en los que la colaboración de la Administración es fundamental. Por separado era muy difícil hacernos oír. Los tres Colegios unidos en el Consell Valencià de Col·legis de Farmacèutics han favorecido no solo fortalecer la colaboración entre los profesionales de las tres provincias sino llegar a acuerdos de importancia para la profesión y para la ciudadanía. Tanto la Administración sanitaria como el resto de las profesiones sanitarias se han dado cuenta del peso específico del farmacéutico en el sistema de salud y lo necesaria que es la colaboración para el bienestar del paciente que, al final, es nuestro principal objetivo.
P. ¿Cuáles son los principales proyectos o iniciativas en las que están trabajando actualmente?
R. Actualmente los tres Colegios de farmacéuticos de la Comunitat han colaborado con la Conselleria de Sanidad para llevar adelante un nuevo sistema que evitará el recorte del cupón precinto en la mayoría de los casos y que la dispensación se justifique mayoritariamente a través de un código digital único impreso en las cajas de los medicamentos, reservando la justificación por cupón precinto a aquellos envases que no dispongan de dicho código, así como a situaciones de contingencia. Esta iniciativa, que comenzó a desarrollarse en la provincia de Castellón ya está en marcha allí y se está extendiendo a las otras dos provincias de la Comunitat Valenciana, lo que convierte a esta región en pionera en España.
El MICOF también está haciendo un gran esfuerzo por fomentar la investigación científica desde la farmacia comunitaria, de manera que el farmacéutico no solo dispense medicamentos y ofrezca consejos de salud y servicios profesionales, sino que investigue partiendo de la información de la que dispone por su conocimiento de los pacientes y de sus tratamientos. Por eso, se llegó a un acuerdo con la Universidad Cardenal Herrera CEU para poner en marcha la Cátedra DeCo de deterioro cognitivo para sacar adelante, desde un proyecto piloto, un servicio profesional que permita a las farmacias comunitarias que se integren poder hacer un cribado de pacientes con posibles demencias. A este se ha unido más recientemente el convenio con la Universitat de Valencia de la Cátedra URM de Uso Racional del Medicamento para el fomento de la investigación, el estudio y la realización de trabajos científicos en el área de la revisión de la medicación y optimización de la farmacoterapia del paciente, el estudio de tendencias y riesgos asociados al consumo de medicamentos, así como identificar potenciales oportunidades de mejora tras la revisión pormenorizada de su historial farmacoterapéutico. También me gustaría destacar la larga trayectoria que lleva el MICOF para implantar los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA). Actualmente tenemos seis servicios en marcha, registrados en nuestra plataforma Atenfarma, desde la cual los farmacéuticos acceden para registrar. Conseguimos que se incluyeran en el Decreto 188/2018, de 19 de octubre, del Consell, por el que se regula la concertación de los SPFA y la acreditación de las oficinas de farmacia para su prestación. Y, aunque hay atisbo de que va calando en la sociedad, la administración debe impulsarlos y retribuirlos. Si bien es cierto que desde 2002, y fuera de la plataforma Atenfarma, hay un programa concertado entre la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública y el MICOF para el tratamiento observado directamente (TOD) de la tuberculosis, y que es el único que está remunerado.
“Los SPFA se deben impulsar y retribuir”
Por último, también querría destacar un proyecto que está teniendo una gran acogida: Xarxa Pacients, un programa de formaciones gratuitas para el empoderamiento de las personas con enfermedades crónicas, que comenzó a funcionar en 2022 y gracias al que más de 1.400 personas han podido mejorar su autocuidado en beneficio de su salud, lo que supone un incremento de más del doble de pacientes en solo un año. Cuando arrancó el proyecto se centraba en los cursos de diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2, y en la actualidad, ya forman parte las patologías de enfermedad renal, fibromialgia, dolor crónico y migraña, que ha sido la última patología en integrase dentro de Xarxa Pacients. Por el momento, se han impartido un total de 24 cursos, entre los que se han abordado las patologías mencionadas anteriormente. Además, también se han realizado un total de 19 formaciones complementarias a las que hay que añadir patologías como enfermedades de la sangre y el cáncer.
P. Siguiendo esta línea, ¿qué objetivos espera alcanzar gracias a estas iniciativas?
R. En cuanto a la retirada del cupón precinto, los datos son muy positivos, ya que con el nuevo código digital y según fuentes de Conselleria de Sanitat, se va a evitar la impresión de 48,6 millones de hojas de justificación y tener que recortar 117,9 millones de cupones precinto en las farmacias de toda la Comunitat Valenciana.
“La retirada del cupón precinto va a evitar la impresión de 48,6 millones de hojas de justificación”
Respecto al fomento de la investigación se persigue un doble objetivo. Por un lado, poner en valor la investigación farmacéutica o los SPFA desde la farmacia comunitaria y, por otro, pero no menos importante, mejorar la calidad de vida y la salud de los pacientes con programas de cribado y prevención.
En cuanto a Xarxa Pacients, lo que se pretende es que los propios pacientes activos tengan un conocimiento real y dimensionado de su patología para que puedan hacerle frente al mismo tiempo que mejoran su calidad de vida y se sienten integrados en una red de pacientes que, al mismo tiempo, les permite la posibilidad de ser pacientes formadores. Esto es, que mediante una pequeña formación sean capaces de guiar a otros pacientes en su camino hacia el control de su enfermedad explicando su propia experiencia y todo aquello que a ellos les haya ayudado a llevar una vida más plena a pesar de las molestias ocasionadas por la patología.
P. Bajo su punto de vista, ¿cuáles son los avances más destacables para profesión que se han producido durante este año?
R. Sin lugar a duda la predisposición de la Administración sanitaria a integrar al farmacéutico dentro del sistema de salud. No hace mucho el papel del farmacéutico se centraba en la labor de los farmacéuticos hospitalarios y de Atención Primaria (AP), dejando al resto de modalidades, especialmente la comunitaria, que es la más numerosa dentro de la profesión, fuera de cualquier proceso de seguimiento del paciente en el sistema sanitario. Desde la pandemia la Administración está valorando más a este grupo de profesional porque hay que recordar que las farmacias comunitarias, junto a hospitales, fueron los únicos establecimientos sanitarios que estuvieron abiertos ininterrumpidamente. Lo que significa que la farmacia se convirtió para muchos ciudadanos en la referencia sanitaria más cercana y accesible, así como punto de información sobre la Covid-19 u otros síntomas menores que el farmacéutico tenía que tratar, dada la ausencia de servicios médicos de AP y a la saturación de los hospitales. A raíz de todo esto, se han ido pilotando proyectos que, en ocasiones, se terminaron con el fin de la pandemia, pero se han mantenido otros como la dispensación de medicación hospitalaria a través de la farmacia comunitaria en el caso de la Comunitat Valenciana. Ese proyecto abrió la posibilidad de comenzar a trabajar en otros proyectos que se están preparando.
P. ¿A qué desafíos principales se enfrenta actualmente la profesión farmacéutica en nuestro país?
R. La digitalización e innovación de los procesos está siendo un reto y, al mismo tiempo, una oportunidad para que la labor del profesional farmacéutico se integre cada vez más en el sistema de salud y para que avance al ritmo que está marcando la sociedad. Cada vez resulta más complicado mantener procesos offline que requieren de más recursos y más tiempo, frente a los online que son más directos, requieren menos recursos. Actualmente estamos en plenas negociaciones por el concierto de prestaciones con la Administración. Trabajamos para conseguir un buen convenio que incluya avances para los profesionales y nos permita mejorar nuestra atención asistencial hacia los pacientes. También esperamos que se publique pronto el Decreto de servicios de urgencia, que mejorará las condiciones en las que estamos trabajando actualmente, porque nos basamos en un decreto antiguo y tanto las comunicaciones como las necesidades de los pacientes han cambiado mucho en estos casi 30 años.
“El planteamiento de un cambio del modelo retributivo será uno de los temas que se tendrán que abordar”
Todo lo dicho anteriormente es fundamental para la sostenibilidad de la farmacia rural y de gran importancia para evitar la despoblación de estas zonas en las que su población no puede prescindir de más servicios entre los que se encuentra la farmacia, que se convierte en muchas ocasiones en el único establecimiento sanitario cercano a la ciudadanía. De hecho, el MICOF está trabajando desde hace cuatro años en programas de ayuda en colaboración con las instituciones para potenciar su trabajo. Desde el Colegio hemos trabajado mucho para que la vida del farmacéutico en estas zonas sea mejor y más digna. Y pronto tendremos soluciones para los servicios de urgencia y vacaciones, lo que es el resultado de muchos años exigiendo a la administración estos cambios. Y, finalmente, a medio plazo el planteamiento de un cambio del modelo retributivo será uno de los temas que se tendrán que abordar. Estos son algunos de los asuntos a los que nos tendremos que enfrentar, pero no podemos olvidar que nuestra profesión está viva, es muy cambiante y somos unos profesionales que nos adaptamos y evolucionamos según nos exige la sociedad y el momento.
P. Profundizando en el anterior punto, ¿qué estrategias está implementando el Colegio para abordarlos?
R. La solución más obvia en cuanto a la digitalización y la innovación es fomentar la formación de los colegiados para que la adaptación sea lo más rápida y adecuada posible. Por eso, desde el MICOF se realizan multitud de cursos de formación para fomentar el reciclaje profesional. En cuanto al resto de los temas, como siempre y como ya hemos comentado, apostamos por la negociación, por sumar con todos los actores y por trabajar y demostrar de lo que somos capaces en todos los ámbitos.
P. Si tuviera que establecer tres demandas a las autoridades competentes que han de solventarse con mayor urgencia, ¿por cuales se decantaría?
R. Lo primero de todo es solucionar el problema de los servicios de urgencia, que sabemos que está en la agenda de la Conselleria, pero que está tardando más de lo previsto. Es necesario solucionarlo lo antes posible porque hay farmacéuticos, especialmente titulares únicos de farmacias del ámbito rural, que se ven obligados a mantener turnos de guardia maratonianos, que les obliga a no poder conciliar su vida profesional con la personal y a sacrificar días de vacaciones por no poder delegar su trabajo en otro profesional.
“Hay farmacéuticos, especialmente titulares únicos de farmacias del ámbito rural, que se ven obligados a mantener turnos de guardia maratonianos”
También estamos pendientes de la implantación de los SPFA para que se integren como servicios asistenciales dentro del sistema de salud, con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes, evitar la falta de adherencia a los medicamentos, realizar cribados de patologías o controlar que la medicación prescrita no entra en conflicto con otros tratamientos crónicos que esté siguiendo el paciente.