Más de dos millones de pacientes se acercan a diario por las más de 22.000 oficinas de farmacia que hay extendidas por todo el territorio nacional. De hecho, las demandas sanitarias de los pacientes han propiciado que se potencie y se apueste por los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) como estrategia con la que mejorar desde las farmacias los resultados en salud. Al respecto, cabe mencionar que, en el marco del 23º Congreso Nacional Farmacéutico, y según desprendieron los datos preliminares del informe “Valor sanitario, económico y social de los SPFA”, 1 de cada 4 pacientes que acude a una oficina de farmacia recibe estos servicios.
No obstante, no se trata solo de ofrecer estos servicios, sino de planificarlos, organizarlos y evaluarlos con el objetivo de responder de forma proactiva y eficiente a las necesidades de la población. En este sentido, destacan algunos como la cesación tabáquica, la promoción de la vacunación o el control de la tensión arterial, tres servicios en los que la gestión farmacéutica adquiere un papel protagonista para garantizar su impacto positivo en la salud del paciente.
Cesación tabáquica
Incidiendo en la cesación tabáquica, Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana disponen de diversos programas para promover la cesación tabáquica desde las farmacias. Cabe mencionar al respecto que, según la última encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES 2024), en la que se documentan las sustancias con mayor prevalencia de consumo en los últimos 12 meses, España ha registrado un “mínimo histórico” en el consumo de tabaco en los últimos 30 años.
Para garantizar el éxito de esta práctica farmacéutica se debe potenciar una serie de aspectos ligados a la gestión como la capacitación de los farmacéuticos para llevar a cabo la entrevista motivacional; la elaboración de un plan personalizado de abandono del tabaco; el seguimiento continuo y el ajuste del tratamiento según la respuesta o la medición del monóxido de carbono (CO) respiratorio, en el caso de que se cuente con el equipo.
Vacunación
La tríada que conforman patógenos respiratorios como el COVID-19, la gripe y el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) ha dado lugar al concepto de “tripledemia”, que está acaparando la mirada del sector y que está poniendo sobre la mesa la importancia de apostar por la vacunación. En la actualidad, en 15 países de la Unión Europea (UE) los farmacéuticos ya pueden vacunar en las oficinas de farmacia contra la COVID-19 y la gripe, pero en España parece ser una competencia que no va a llegar, al menos a corto-medio plazo. No obstante, la estrategia actual va orientada a concienciar “a pie de farmacia” de los beneficios de la vacunación con el fin de repercutir notablemente sobre las coberturas.
En estos países vecinos es esencial que se garantice una formación continuada en esta materia para lograr una administración segura de la vacuna. A su vez, disponer de un espacio acondicionado y seguro para vacunar, tener una gestión eficiente del stock de vacunas o llevar a cabo un registro de las administraciones de cada paciente son aspectos cruciales para desarrollar esta labor desde las farmacias.
Hipertensión arterial
Se calcula que en España existen unos 10 millones de hipertensos, y de estos, tan solo 3,5 millones están tratados y controlados. Motivo de ello, la farmacia, como punto sanitario más habitual y cercano, se sitúa como es espacio idóneo para abordar esta patología crónica que puede provocar el desarrollo de graves enfermedades cardiovasculares.
Así, aspectos vinculados a la gestión como el uso de equipos validados y calibrados; el registro sistemático de resultados en la historia clínica del paciente; la derivación al médico cuando se identifican valores anormales y la implementación de programas de seguimiento como indicadores del progreso para pacientes hipertensos son esenciales.