Una de las viejas reclamaciones en torno a los sistemas de receta electrónica pasa porque no se queden en sustituir las prescripciones en papel y facilitar la renovación de tratamientos a la par que se alivian las consultas médicas. Las peticiones pasan por aprovechar toda la potencialidad de estos sistemas y dotarles de más funcionalidades. Como ha informado EG, así se lo está ya planteando el Ministerio de Sanidad una vez completada la plena interoperabilidad de los modelos autonómicos cara a posibilitar, en próximos años, el bloqueo de dispensaciones interregiones, bloqueos cautelares o visualizar futuras dispensaciones.
Al margen de todo ello y de forma complementaria, uno de los deseos de los profesionales sanitarios es que los programas informáticos de receta electrónica permitan una mayor comunicación y más fluida entre el lugar donde se lleva a cabo la prescripción (consultas de Atención Primaria) y allá donde tiene lugar la dispensación (oficinas de farmacia) ante cualquier situación que requiera un contacto/aviso, y en detrimento de descolgar el teléfono. El mayor beneficiado es, indican, el paciente y su seguridad en la toma de la medicación.
Sin embargo, la realidad indica que este ‘deseo’ ya es una realidad en algunas regiones…. Si bien se le hace caso omiso. Al menos esa es la sensación que tienen en CC.AA. como Cantabria, donde desde su Consejería de Salud se considera que la comunicación en tiempo real que permite sus sistema de e-receta está siendo “claramente infrautilizada”. Así lo expuso, con datos, José Ignacio Gutiérrez, farmacéutico de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud, en la última edición de Inforsalud.
Apenas mil mensajes en una década
Esos datos indican que en la primera década en la que consultas de Atención Primaria y oficinas de farmacia cántabras trabajan con las prescripciones electrónicas —iniciadas en 2009— apenas se han emitido algo más de un millar de mensajes/avisos desde las boticas a los facultativos. En concreto, 1.086 mensajes que repercutían a 888 pacientes.
Aunque el sistema escogido por el SCS para la comunicación permite rellenar un campo en formato “texto libre”, la mitad de los mensajes remitidos por las farmacias (51 por ciento) estaban relacionados con errores en la prescripción. Dentro de múltiples factores, otro 13 por ciento referenciaban a una solicitud de sustitución por parte de la farmacia —cara a conocer el parecer del facultativo— y un 9 por ciento alertaban al prescriptor de la detección de problemas de cumplimiento con el tratamiento prescrito.
Amén de las bajas cifras, otro de los aspectos a mejorar es la participación de las farmacias, dado que solo la mitad de establecimientos (52 por ciento) han emitido algún mensaje. De hecho, según destacó Gutiérrez, hay tres farmacias especialmente activas que han generado el 26 por ciento de estas comunicaciones.
Los datos indican que, por regla general, cuando hay un mensaje desde la botica hay interacción desde la consulta. El porcentaje de respuesta del médico es del 84 por ciento y del cien por cien cuando se alertaba de una contraindicación.
Por todo lo anterior, el balance de este profesional es que “hay que dar a conocer el potencial de las herramientas ligadas a los modelos de receta electrónica: muchas de ellas están infrautilizadas o directamente se desconocen”, resume José Ignacio Gutiérrez.
En diez años de e-receta, solo el 52% de farmacias cántabras han emitido algún mensaje al médico a través del sistema
El nivel de respuesta de los médicos es del 84 por ciento; y del cien por cien cuando se avisa de una contraindicación