La población de Ontario ya puede, desde este mes, acudir a las farmacias de esta provincia canadiense para solicitar medicamentos en el caso de dolencias comunes sin necesidad de una consulta médica. Los farmacéuticos están capacitados para prescribir recetas en el caso concreto de trece enfermedades que incluyen erupciones cutáneas, conjuntivitis, picaduras de insectos o determinadas infecciones. Este servicio no tendrá un coste adicional para los pacientes.
Tal y como informan las propias autoridades locales, una dolencia común es aquella que se puede “autodiagnosticar y tratar” de forma sencilla. Esta estrategia aprovecha las características, conocimientos y habilidades de la farmacia comunitaria para brindar servicios de prescripción y permite que los médicos se centren en las “necesidades médicas más complejas de sus pacientes”.
“Ampliar la capacidad de los farmacéuticos para atender a los pacientes es una forma más en la que colocamos a las personas en el centro de nuestro sistema sanitario”
Sylvia Jones, ministra de salud de Ontario
De esta manera, la atención y prevención de la salud es más accesible para estos ciudadanos canadienses, que pueden disponer de tratamientos sin necesidad de acudir al médico. Además, esta posibilidad no sólo beneficia al paciente, también al propio sistema sanitario, ya que supone un ahorro de tiempo y de recursos económicos de los hospitales y centros de salud. “Empoderar a los farmacéuticos para que usen su experiencia para evaluar y tratar dolencias menores ayuda a los pacientes a obtener la atención que necesitan antes y más cerca de casa. También libera tiempo para nuestros socios de atención médica y reduce la demanda en los hospitales, departamentos de emergencia, clínicas ambulatorias y médicos de familia”, argumenta Justin Bates, director ejecutivo de la Asociación de Farmacéuticos de Ontario.
Los farmacéuticos podrán recetar tratamiento para dolencias como rinitis alérgica; estomatitis candidiásica; conjuntivitis (bacteriana, alérgica y viral); dermatitis (atópica, alérgica y de contacto); calambres menstruales (dismenorrea); reflujo ácido (enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), hemorroides; herpes labial; impétigo; picaduras de insectos y garrapatas; urticaria; esguinces o distensiones e infecciones del tracto urinario (ITU).
“Ampliar la capacidad de los farmacéuticos para atender a los pacientes es una forma más en la que estamos colocando a las personas en el centro de nuestro sistema sanitario, haciendo que sea más fácil, rápido y conveniente acceder a la atención médica en su comunidad”, concluye Sylvia Jones, ministra de salud de Ontario.