El “corta-pega” del cupón precinto por parte de los farmacéuticos comunitarios es una de las escenas más características de la Farmacia, pero ¿pasará a la historia? Pese a que es una demanda de la profesión farmacéutica que ya ha adquirido cierta recurrencia, a día de hoy, su materialización continúa produciendo cierta incertidumbre.

Desde el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) alegan en una entrevista a EG que su eliminación es muy necesaria. “Es una carga burocrática que no tiene sentido”, remarcan. Además, aseguran que con su eliminación “se reducirán cargas administrativas que permitirán avanzar en la digitalización de los procesos, así como en la seguridad y la trazabilidad completa del medicamento”.

Incidiendo en cómo impacta llevar a cabo esta “práctica” en el proceso de facturación y en los costes, sostienen que disminuirán tanto los materiales como los vinculados a los recursos humanos, suponiendo esto un ahorro económico notable. De esta forma, señalan que la “ventaja madre” recae en poder invertir el tiempo en el paciente

La Comunidad Valenciana lo eliminará este año

La Conselleria de Sanitat de la Comunitat Valenciana está trabajando en un nuevo sistema de verificación digital para reducir los trámites administrativos en el proceso de facturación, de hecho, se sustituirá el cupón precinto por el código de verificación digital. Esta noticia fue comunicada en el marco del 23 Congreso Nacional Farmacéutico por el propio conseller de Sanidad, Marciano Gómez. El objetivo, según apuntó Gómez, es que este nuevo sistema de gestión de los fármacos prescritos por los facultativos esté implantado a lo largo del año en la Comunidad Valenciana.

Al respecto, la organización colegial valenciana afirma que fue “una medida muy esperada que aún está en proceso”. Siguiendo esta línea, garantizan que “por suerte” tanto la comunidad autónoma, como los colegios profesionales de las tres provincias y las farmacias valencianas “cuentan con un sistema robusto y una tecnología muy desarrollada que posibilitara esta implementación”.

MICOF.

Poniendo el foco en si cabe la posibilidad de que la estrategia de la Comunitat Valenciana se implemente en todo el territorio nacional, señalan que primero se deberán superar las barreras tecnológicas. Una vez superadas insisten en que su aplicación debería hacerse efectiva.

De hecho, sacan a colación que se debe tener en cuenta el ahorro que supondría para el Sistema Nacional de Salud (SNS). Así, se refieren a las estimaciones de FEFE publicadas en su Observatorio del Medicamento: sólo la acción cotidiana de recortar y pegar el cupón en las hojas de comprobación o en las recetas en papel tendría un coste de 40 millones de euros a nivel nacional. “Si como consecuencia de todo esto, el profesional sanitario tiene más tiempo para dedicar al paciente. Gana el paciente y por ende el sistema”, concluyen.

¿Su eliminación es una prioridad?

Ya en el mes de marzo desde la Federación mandaron un comunicado solicitando la eliminación del cupón precinto. En palabras de su presidente, Luis de Palacio, su no materialización hasta la fecha está relacionada con que “para muchos colegios de farmacéuticos no es una prioridad”. “La facturación con cupón precinto es muy garantista y los colegios y la administración autonómica están muy acostumbrados o acomodados, incluso se ha dicho que la existencia del cupón nos “protege” de terceros que quieren dispensar”, indica. Sin embargo, asegura que “todo eso no es verdad”.

Siguiendo esta línea, De Palacio afirma que la verificación de medicamentos dispensados ya equivale en todas las garantías, con las ventajas de que la facturación podría hacerse inmediatamente. “La gestión de los códigos cupones precinto es muy cara, en FEFE estimamos que a las farmacias nos cuesta cerca de 80-90 millones de euros al año“, sostiene.

Asimismo, señala que, en algunos casos, supone una financiación extra para los colegios porque se repercuten los costes de facturación con un margen de beneficio para el colegio. “El RD 717/2019 tiene previsto su desaparición, y tras la última reunión en el Ministerio, tenemos esperanzas de que a la vuelta de verano vayamos viendo avances en este sentido”, subraya. De hecho, garantiza que “su desaparición mejorará la atención farmacéutica a los pacientes”.

Impacto sobre el gasto farmacéutico

Luis de Palacio, presidente de FEFE.

Para el presidente de FEFE, “al gasto farmacéutico le da igual el cupón u otro sistema, mientras sea seguro”. Al respecto, hace referencia a que el hospitalario lleva más de una década disparado frente al de las farmacias (porque es la única vía de acceso de la innovación), y a esos medicamentos no se les exige cupón precinto. Además, menciona que este gasto solo se ve afectado por la prescripción, no por la dispensación, que es una consecuencia. “Por eso los farmacéuticos somos neutros al gasto farmacéutico. Nosotros no podemos recetar, en consecuencia, no generamos el gasto”, explica De Palacios. Motivo de ello, hace alusión a que el cupón precinto tiene un impacto mayor en la fabricación, dado que encarece su cartonaje y, paralelamente, su gestión; además de aumentar la burocracia asociada.

En la actualidad, se recogen sanciones relacionadas con la existencia de este código identificativo fuera de la receta o de las hojas de comprobación. Sobre ello, De Palacio subraya que “la presencia de cupones precinto sueltos en las farmacias implican una mala práctica de adelanto de recetas a pacientes y, por tanto, una infracción grave de la Ley del Medicamento con sanciones entre los 30.000 y los 90.000 euros”.

Los interrogantes de la aplicación de la orden ministerial

Uno de los mayores interrogantes radica en cómo va a influir la aprobación de la retirada por el Ministerio de Sanidad sobre la actividad diaria de la Farmacia. En este sentido, para De Palacio subraya que “siempre quedan los interrogantes de si la orden ministerial será homogénea para todos los territorios o necesitará que cada autonomía implemente la orden”. También espera que su aplicación sea efectiva más pronto que tarde.

Por otro lado, matiza que si el sistema de repositorio de prescripciones contiene las reglas de dispensación de financiados de forma actualizada, también debe ser una aspiración de los farmacéuticos que si el sistema da la aprobación para una dispensación totalmente digitalizada y verificada que luego no pueda ser objeto de devolución. “Así, el resto de casuísticas que no sean cien por cien ortodoxas (como una receta en papel o una sustitución que no sea estricta y por necesidad, que en definitiva pueden no tener una aprobación automática) son las que merecerían revisión y cotejo, y en su caso, devolución”, informa.

Alternativas al cupón precinto

En lo que respecta a qué otras “pruebas de dispensación” podrían recurrir las farmacias, De Palacios menciona la desactivación del identificador único del medicamento en verificación, “es el testigo digital”, asegura. “Ese medicamento, una vez desactivado, no puede dispensarse otra vez”, relata. Además, indica que se hace coincidiendo una receta electrónica, que abarca al médico, al paciente, y al farmacéutico que interviene. “Tiene toda la robustez que se puede pedir”, garantiza.

Otra medida de garantías que destaca reside en implicar al paciente para que él también intervenga acreditando que le ha sido dispensada la medicación de alguna manera digital. “No creo que esta última llegue a establecerse con carácter general por ser muy impopular, ya que es ponerle carga burocrática al paciente para acceder a su medicación financiada”, sostiene.

La necesidad de invertir en digitalización

Bajo el punto de vista del presidente de FEFE, la Farmacia española tiene un desarrollo digital más que suficiente. De hecho, insiste en que no se debe perder de vista que tutelando el suministro está la distribución mayorista de gama completa, “que en España da un soporte especial a la farmacia en su digitalización y eficacia”.

Luis de Palacio, presidente de FEFE.

Asimismo, hace especial hincapié en que, en su opinión, “el paso limitante en digitalización nunca está en las farmacias, sino en la propia Administración, que prioriza sólo lo que le interesa”. “Si invirtiera en digitalización, en inteligencia artificial y sistemas de datos de la sanidad pública tan solo la mitad de lo que invierte en Hacienda por esos conceptos, tendríamos una Sanidad del futuro”, enfatiza. Además, saca a colación que estamos leyendo estos días sobre inteligencia predictiva en prevención del fraude fiscal, pero nada de un calibre similar para prevención de la enfermedad. “No pido que nos lo mejoren, con que nos lo igualen hay sanidad pública de calidad para rato”, concluye De Palacios.


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