El Consejo Mundial de Farmacia (WPC por sus siglas en inglés) ha definido como ejemplo de buena práctica la Dispensación Colaborativa entre los Servicios de Farmacia Hospitalaria (SFH) y la farmacia comunitaria. Así queda reflejado en su análisis sectorial de 2022, donde recoge las tendencias, regulación, oportunidades y estadísticas de la práctica farmacéutica comunitaria de los países miembros. Como hemos publicado en EG, por ahora cinco comunidades autónomas —Comunidad Valenciana, Navarra, Cantabria, Andalucía y Cataluña— realizan la entrega en proximidad con la oficina de farmacia a la espera de que este servicio se amplíe a más regiones.

El Consejo Mundial analiza los avances en la práctica comunitaria y el beneficio que genera en los pacientes su integración con el resto de profesionales sanitarios. Así se destaca, en esta quinta publicación, cómo los diversos países han afianzado nuevo servicios a raíz de la crisis de la COVID-19 y el papel imprescindible que jugaron las boticas. Unas funciones que avanzan como necesidad, pero también como reconocimiento de las competencias de los farmacéuticos. “Las farmacias comunitarias ya no se consideran la periferia de la asistencia sanitaria, ahora se consideran proveedores de servicios esenciales y clave para la resiliencia de los sistemas de asistencia sanitaria”, remarca Stephen Armstrong, autor del informe.

En el caso de España, el análisis del WPC resalta el acuerdo que se implantó durante la pandemia —cuando el Ministerio de Sanidad autorizó a las CC. AA. realizar este servicio a decisión propia— para la dispensación conjunta de medicamentos hospitalarios. De esta manera se podía mantener la continuidad del tratamiento, la calidad de la atención farmacéutica y reducir el riesgo de transmisión de la infección a pacientes vulnerables. Un pilotaje que se ha mantenido en algunas comunidades y adoptado en otras.

Los datos generales recogidos por el CGCOF hasta mediados del año pasado reflejan que más de 30 mil pacientes —en su mayoría crónicos e inmunodeprimidos— se beneficiaron de esta Dispensación Colaborativa y han podido retirar más de 200.000 medicamentos hospitalarios. Una actuación que cuenta con la participación de más de 6 mil farmacias, 69 servicios de FH y 19 almacenes de distribución.

Son muchas las ventajas de esta entrega colaborativa para el paciente: evita desplazamientos innecesarios al centro hospitalario a pacientes con patologías complejas, facilita la integración de medicación al paciente crónico y mejora su adherencia y supone un ahorro de tiempo y dinero al sistema al facilitar el acceso a la medicación. Es por ello que Armstrong solicita a “los gobiernos y administradores sanitarios que tomen ejemplo de aquellos países y jurisdicciones que han ampliado de forma permanente y satisfactoria una amplia gama de servicios farmacéuticos comunitarios”.

Despliegue por comunidades

En Cataluña el protocolo de actuación está avalado por el CatSalut y el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya (CCFC). Hasta la fecha más de 11 mil pacientes han podido recoger su medicación en las más de 2.600 boticas activas y los 39 hospitales adheridos. “Este circuito favorece la coordinación entre niveles asistenciales, fundamental para una atención al paciente más segura y eficiente”, explica a EG Montse Gironès, secretaria del CCFC.

En Cantabria, tras el pilotaje entre marzo y mayo de 2020, esta alianza se consolidó en septiembre de ese mismo año y sigue activo desde entonces. Un procedimiento elaborado conjuntamente por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria, el Colegio de Farmacéuticos de Cantabria y la distribución farmacéutica. Por ahora hay cerca de 300 farmacias participantes y más de 20 mil entregas. “Permite al paciente establecer un contacto más continuado y personalizado con consejo farmacéutico. Además, para el sistema supone un importante ahorro de costes”, cuenta Plaza Zubizarreta, presidenta del COF Cantabria.

Por su parte, en Andalucía este servicio comprende a más de dos mil farmacias y 13 SFH, que han realizado cerca de 170 mil entregas a más de 18 mil pacientes. El convenio de colaboración entre los ocho colegios profesionales —al amparo del CACOF— con el Servicio Andaluz de Salud y Bidafarma se renovará el próximo marzo. “Queremos resolver un problema al paciente y aprovechar una colaboración entre FH y comunitaria que hemos tenido olvidada”, comenta Ernesto Cervilla, vicepresidente del Cacof.

En la Comunidad Valenciana, como hemos publicado, el pilotaje comenzó en 2021 y se materializó mediante un primer convenio el año pasado. Por ahora, es el único territorio que tiene estipulado la remuneración del servicio, que contempla la estimación del tiempo del ejercicio profesional que se requiere para la realización de todo el proceso. La retribución es de 7,50 euros por actuación, aunque aún queda acordar cómo será el reparto entre la oficina y distribución. “Un acuerdo posible gracias al compromiso desinteresado de muchos agentes en favor del paciente, que demandaba esta prestación”, expresa Rosa Arnau, presidenta del Consejo Valenciano de Colegios Farmacéuticos y del COF de Castellón


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