Hace ya un mes, la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana dejó una huella significativa en diversos sectores, incluyendo el farmacéutico, que se enfrentó a retos sin precedentes en su labor asistencial. Las intensas precipitaciones y las inundaciones no solo interrumpieron la actividad diaria de muchas oficinas de farmacia, sino que también pusieron a prueba la logística de distribución de medicamentos y productos sanitarios esenciales.

Numerosos establecimientos sufrieron daños estructurales, cortes en el suministro eléctrico y dificultades de acceso, mientras que otros experimentaron un aumento considerable en la demanda de atención sanitaria por parte de la población afectada. Este episodio ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar los planes de contingencia y garantizar la continuidad del servicio farmacéutico en situaciones de emergencia, destacando al mismo tiempo el compromiso y la profesionalidad del sector en circunstancias adversas.

Una farmacia que necesita ayuda

Vicente Colomer, secretario del Muy Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Valencia (MICOF), explica a EG que la situación a nivel de servicios farmacéuticos está controlada. Ahora mismo cuentan con 413 farmacias operativas, de las 421 afectadas por la DANA. Es decir, quedan 8 farmacias por abrir al público. “Se están prestando los servicios gracias a los esfuerzos de los compañeros”, garantiza. Hay que tener en cuenta que, según confirma, están con el 90% de operabilidad. “Sólo nos quedan ocho farmacias que aún no han podido abrir”, indica. No obstante, recalca que, como todas las poblaciones cuentan con una farmacia, “esto representa que el servicio se está prestando en todas las poblaciones en proximidad”.

El secretario del MICOF informa de que ya tienen acceso a la receta electrónica, “cuando abríamos una farmacia tenía que tener acceso a todos los sistemas de salud para poder localizar la medicación”. Pese a ello, hace hincapié en que, a día de hoy, siguen necesitando de muchas ayudas porque en algunos casos hay que empezar de cero. “Se necesitan más manos porque tienen una presión asistencial importante por parte de la población”, asevera.

Asimismo, señala que las ayudas de tipo oficial no están llegando todavía. No obstante, saca a colación que las ayudas procedentes del Colegio sí que se están implementando. “Hay dos líneas de ayuda, una que se generó con recursos propios del MICOF para ayudar a las farmacias afectadas a ponerse en marcha y otra para atender a los profesionales farmacéuticos afectados”, señala. “Esto depende de nosotros, pero lo que depende de la Adminisitración no podemos hacer más”, añade. En lo relativo a la donación masiva de fármacos garantiza que hoy en día está todo regulado y controlado.

Necesidades actuales de los farmacéuticos

También afirma que el servicio de distribución está “bastante normalizado” gracias a que las carreteras ya están logísticamente preparadas para que se pueda circular. De hecho, ratifica que la distribución desde el minuto uno “se puso las pilas” y servían de donde fuera necesario para que los fármacos llegaran a las farmacias. No obstante, recuerda que, en pleno caos, cuando llegaban al nudo de conexión de carreteras se encontraban con problemas de movilidad. Además, hace referencia a que había almacenes de las zonas afectadas que tampoco podían salir. “Hubo un momento en el que la Guardia Civil tuvo que escoltar a las furgonetas hasta una zona más amplia en la que pudieran circular con normalidad”, sostiene Colomer.

Profundizando en las necesidades más apremiantes de los farmacéuticos, señala arreglar los locales, reoganizar el stock o adquirir nuevo mobiliario. “En algunas de ellas deberán hacer incluso reformas”, asegura. Al respecto, relata que éstas se deben hacer de forma escalonada para garantizar la atención farmacéutica, “hay farmacéuticos que están haciendo estas reformas sin dejar de trabajar”. Así, destaca que hay cerca de 90 boticas que sí que se inundaron al completo. Por otra parte, relata que “continúan necesitando ayuda de otros compañeros”. “Hemos recibido donaciones de farmacias enteras desde Barcelona o de Murcia, de toda España”, incide.

Poniendo el foco en cuándo estima que se podrá recuperar al completo la normalidad, hace referencia a la “Pantanada de Tous”, una inundación que, el 20 de octubre de 1982, afectó a la cuenca del Júcar debido a la rotura de la presa de Tous (Valencia). “La población tardó al menos 10 años en recuperar su actividad normal“, lamenta. Por ello, admite que, en el caso actual, se van a tardar años y que también van a necesitar las ayudas durante un periodo de tiempo relativamente largo.

Cambio de forma farmacéutica

“Esto se debería haber implementado hace tiempo”, enfatiza. “Solo estamos pidiendo poder hacer lo mismo que hacen en el hospital porque somos farmacéuticos con el mismo título”, añade. “En un hospital no se considera sustitución dar cápsulas o sobres de la misma dosis y del mismo medicamento”, saca a colación. Asimismo, subraya que es más un problema de actuación profesional no reconocida que de una realidad de sustitución, “no estamos hablando de hacer intercambios terapéuticos si no cosas mucho más sencillas“. De hecho, Colomer hace hincapié en que cuando hay un problema de suministro, “nos cohartan la posibilidad de atender con mejor eficiencia al usuario“.

Siguiendo esta línea, incide en que tiene que cambiar la ley a nivel nacional porque “abrir la mano con una espada de Damócles, a nivel autonómico, dado que puede crear problemas”. Por ello, confirma que se debe realizar una legislación ex profeso. En este sentido, menciona cómo se actuó en la pandemia en lo relativo al desarrollo de una normativa concreta que permitió solventar las demandas sanitarias de la sociedad.


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