Desde que en el verano de 2021 la población empezara a tener la posibilidad de comprar en las farmacias tests de antígenos para detectar la COVID-19, las pruebas de autodiagnóstico han evolucionado hasta llegar a la modalidad combinada de este año. Un sistema igual por el que podemos distinguir si lo que padecemos es la COVID-19, gripe A o la gripe B. Pruebas que, por ende, siguen siendo accesibles, sencillas de utilizar y económicas.
Hasta la aparición de la COVID-19, en las estaciones de otoño e invierno los ciudadanos no habían tenido la necesidad de conocer su ´resfriado´ estaba causado por un virus u otro. Sin embargo presentar una enfermedad u otra en la situación actual conlleva protocolos de actuación muy distintos.
Ángel Gil, Catedrático de Salud Pública y Medicina Preventiva en la URJC, explica que “la ventaja es que los test dobles ya están en farmacias para el autodiagnóstico, de manera que cabe discernir si se trata de una enfermedad u otra, y podrá medirse la incidencia de la COVID-19 con el fin de saber si es necesario seguir aplicando las vacunas en según qué grupos de riesgo. Supone un cambio muy importante para este virus”. Sin embargo, cree que “se quedan incompletos, porque lo ideal es que estuvieran disponibles en atención primaria y no sólo en urgencias, y ni en estos casos lo están en todos los hospitales. Es decir, que desde el punto de vista de la asistencia aún no estamos en un momento ideal”.
La percepción desde las farmacias
Las altas temperaturas que se están experimentado en España han repercutido en la incidencia de la gripe que, de momento, está siendo escasa. Daniel Fernández, responsable del área de Parafarmacia de CGCOF (Consejo General de Colegios Farmacéuticos), considera que “aunque los tests dobles están disponibles desde agosto, y las farmacias ya han ido solicitándolos, ni la demanda ni, por tanto, la oferta está siendo reseñable. Lo que prevemos es que cuando llegue el frío se producirá un aumento de casos de gripe, sobre todo en la población mayor de 60 años, que unido al crecimiento de los casos de la COVID-19, se traducirá en un número considerable de solicitudes por parte de la población. De cualquier manera, es muy interesante contar con esta opción de cara a la variante Omicron, porque al tener síntomas muy parecidos a los de la gripe, podemos diferenciar ambos casos y es la mejor manera de ponderar al paciente”.
Los nuevos tests se utilizan de la misma forma que las pruebas anteriores. La toma de muestra puede ser nasal o de saliva y una vez obtenida se mezcla con el reactivo y se echa al pocillo que hay en el casete de la prueba o en los dos pocillos, según el tipo. La diferencia es que ahora en lugar de una única línea de prueba para el SARS-CoV-2 tendremos tres líneas de pruebas: una para la gripe A, otra para la gripe B y una para el virus de la COVID-19. Una vez pasados unos quince o veinte minutos podremos ver los resultados y sabremos si sale positivo para alguno de los virus, según la línea de prueba que se vea resaltada en el casete. Estas pruebas detectarán la presencia de antígenos en nuestras pruebas mucosas, siendo la proteína nucleocápside N presente en estas tres afecciones la que determinara qué virus padecemos. Por otro lado, el precio es el mismo que para los de antígenos: 2,94 euros en todas las farmacias disponibles.
“Ahora existen cinco fabricantes, todos procedentes de China, y tan sólo trece solicitudes de código nacional desde las farmacias para la obtención de las pruebas. Una cifra que está aún muy lejos de los 130 que se produjeron con el test de la COVID-19”, añade Daniel Fernández.
De momento sabemos que “no es que la gripe haya desaparecido, pero cuando surge un virus más agresivo se centra la atención en éste. Por eso es muy útil que tengamos un test para diferenciarla de la COVID-19, puesto que es la única forma de medir la intensidad de ambos y actuar con mayor precisión”, remarca Ángel Gil.
“Hay tests suficientes. Las farmacias están preparadas para abastacer a la población”
Daniel Fernández, responsable del área de Parafarmacia de CGCOF
Se mantiene el protocolo para la COVID-19
El protocolo de actuación, en caso de salir positivo para SARS-CoV-2, no ha variado: la persona deberá extremar las precauciones, reducir todo lo posible las interacciones sociales, utilizar las medidas de protección adecuadas y contactar con su centro sanitario si presenta criterios de gravedad o mala evolución. Por el contrario, si sale positivo para gripe A o gripe B, lo que deberá hacer es ponerse en contacto con su farmacéutico para que le ayude a mejorar los síntomas.
“De cualquier manera, y pese a que ahora las normas de las restricciones no son tan estrictas, es muy interesante contar con esta opción de cara a la variante Omicron, porque al tener síntomas que se pueden confundir con la gripe, es el camino mejor de ponderar al paciente”, apunta Daniel Fernández.
La gran revolución: una vacuna triple
Sin dejar constituir un avance de gran calado, sin embargo Ángel Gil entiende que existe otra cuestión fundamental a tener en cuenta, y es que “estas pruebas no contemplan la detección de enfermedades infecciosas respiratorias, que afectan de manera principal a la población infantil pero también a las personas mayores y de una forma mucho más grave, porque siempre que las padecen han de ser ingresados”. Aunque la gran noticia en este sentido es que “la industria farmacéutica ya está yendo por delante y existen investigaciones avanzadas para la creación de una triple vacuna. Un paso que se ha dado gracias a la tecnología desarrollada frente al Covid. Tanto Pfizer, como GSK, Moderna y Janssen están trabajando en esta posibilidad de cara a prevenir el virus respiratorio sincitial para las personas de mayor edad”.