El aumento de la cronificación de patologías ha impactado directamente sobre las oficinas de farmacia españolas. De hecho, en la actualidad, se estima que, en España, afectan a más de la mitad de la población mayor de 15 años, en concreto al 54,4 por ciento. Como consecuencia directa de estas cifras, las farmacias comunitarias han tenido que ir adaptándose a las nuevas demandas de estos pacientes. Así, su transición evolutiva, para dejar atrás la percepción de que son un mero punto de distribución, ha propiciado que se agudice la necesidad de potenciar los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) fruto de que los pacientes demandan otro tipo de asistencia sanitaria.
Para profundizar en su impacto, EG ha entrevistado a Tamara Peiró, responsable del Área Asistencial de la Dirección de Servicios Farmacéuticos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF). “El mayor protagonismo que han tenido las enfermedades crónicas en las farmacias comunitarias ha repercutido de cara a que los pacientes soliciten una atención más personalizada, evidenciando la necesidad de realizar SPFA en estos pacientes”, alega.
Más formación e información
Al respecto, también hace referencia a que, además de la necesidad de estar continuamente formado, debido a la gran cantidad de medicamentos nuevos que salen al mercado cada año, estos servicios se encuentran orientados a la atención farmacéutica y a la salud comunitaria. Ejemplifica esto haciendo alusión a la dispensación del tratamiento, proporcionando al paciente toda la información necesaria para el uso correcto de su tratamiento para la patología crónica, a la identificación del resultado de los mismos, en cuanto a seguridad y efectividad, y a la detección precoz de estas enfermedades. Peiró asegura que “el paciente crónico también ha evolucionado hacia un perfil de paciente más informado y activo, que busca información sobre sus medicamentos y patologías para actuar en consecuencia con respecto a su tratamiento”.
Antidepresivos, antidiabéticos, broncodilatadores y anticoagulantes, entre los fármacos más dispensados
Poniendo el foco en los fármacos más dispensados en las boticas españolas para tratar a los pacientes crónicos, destaca los antihipertensivos, antidiabéticos, broncodilatadores y anticoagulantes. “La dispensación de medicamentos indicados para patologías crónicas conforma un pilar fundamental en el día a día de la Farmacia“, recalca.
Potenciar los SPFA para mejorar la calidad asistencial
El farmacéutico comunitario, como agente sanitario de primer nivel asistencial, desempeña un papel esencial en el abordaje de este tipo de patologías, sobre todo en lo que respecta a la educación sanitaria, adherencia y seguimiento farmacológico. Al respecto, asegura que “ofrece la continuidad asistencial que el paciente necesita tras el diagnostico de este tipo de patologías”. En esta línea, añade que esto se plasma “tanto desde la realización de campañas sanitarias enfocadas a informar al paciente y formarle en diferentes aspectos ligados a su patología como a través de los diferentes SPFA que se desarrollan en el día a día”.
El 93% de los pacientes polimedicados o crónicos acuden a la farmacia mensualmente
Asimismo, recalca que tras el mostrador de las boticas se lleva a cabo una labor clave de cara a garantizar la adherencia. “Dentro de los SPFA, los farmacéuticos deben identificar si el paciente no es adherente para indagar en las causas y poder corregir creencias erróneas sobre su enfermedad y/o tratamientos”, indica. Además, afirma que deben eliminar miedos acerca de su medicación y crear un ambiente de confianza y apoyo para el paciente. Asimismo, saca a colación que, atendiendo a estudios recientes, de los pacientes polimedicados o con enfermedades crónicas, un 10 por ciento acude a la farmacia todas las semanas y un 93 por ciento lo hace mensualmente, “otorgando una mayor oportunidad a la prestación de SPFA”. De hecho, indica que el Servicio de Adherencia Terapéutica “es uno de los más relevantes en el paciente que padece enfermedad crónica”.
La mitad de los pacientes crónicos no son adherentes al tratamiento
Incidiendo sobre la evolución de la adherencia de los pacientes durante los últimos años, menciona que, según afirmaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 50 por ciento de los pacientes con enfermedades crónicas no son adherentes a sus tratamientos, “lo que conlleva una falta de control de su problema de salud y, como consecuencia, afecta a distintos niveles como el clínico, humanístico y económico”. Motivo de ello, incide en que “la falta de adherencia constituye un verdadero problema de salud pública y es uno de los principales retos a los que se enfrentan profesionales y sistemas sanitarios actualmente”.
“La falta de adherencia es uno de los principales retos a los que se enfrentan profesionales y sistemas sanitarios actualmente”
Desde el Consejo General, han trabajado diferentes iniciativas para investigar esta situación y para fomentar su abordaje desde la farmacia comunitaria con proyectos como AdherenciaMED o HazAdherencia. Además, recientemente, a través del “Plan Nacional de Formación Continuada: Implanta SPFA“, han puesto en marcha un curso formativo sobre el Servicio de Adherencia Terapéutica.
El hipotiroidismo, el asma, el dolor y la ansiedad cronificadas, entre las más abordadas
Teniendo en cuenta la prestación de servicios prestados ligados a dispensación de fármacos, establece como patologías crónicas más abordadas desde la Farmacia el hipotiroidismo, las enfermedades respiratorias. como el asma o la EPOC, las enfermedades cardiovasculares, el dolor y la ansiedad cronificadas, la diabetes mellitus o la hipertensión arterial, entre otras.
Motivo de ello, insiste en que es esencial que se potencien los SPFA de cara a garantizar una asistencia farmacéutica más eficiente a estos pacientes. “La importancia de realizar SPFA reside en fomentar el mejor uso de los medicamentos, los resultados en salud, en cuanto a su efectividad, así como evidenciar si existen efectos secundarios que hagan que los pacientes puedan abandonar los tratamientos de forma prematura”, enfatiza. Este último punto, indica que se ha comprobado que es uno de los motivos más frecuentes de falta de adherencia.
Por otro lado, también indica que perseguir esta eficacia evita, por ejemplo, consultas al médico innecesarias o, por el contrario, fomenta una mejor derivación de los pacientes a su médico para la instauración de un tratamiento farmacológico que precise prescripción o un cambio de dosis.
Impacto de los problemas de suministro en los crónicos
Según el informe semestral sobre problemas de suministro publicado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), las incidencias de suministro de medicamentos descendieron un siete por ciento durante el segundo semestre de 2023, pasando de 1.532 presentaciones a 1.415. Esto supuso la primera caída desde 2020. Poniendo el foco sobre si han impactado o no estos problemas en el correcto tratamiento de las enfermedades crónicas, alega que sí. Asimismo, hace referencia a casos concretos como el de Liraglutida, indicado para adultos con obesidad o sobrepeso asociada a algún tipo de comorbilidad asociada con el peso; Bromazepam, indicado principalmente para la ansiedad o Sitagliptina/Metformina en combinación, con indicación para la Diabetes Mellitus.
“Para cambiar esta dinámica, hacen falta medidas que otorguen mayores capacidades y flexibilidad a la figura del farmacéutico para poder cambiar las formas farmacéuticas, por ejemplo, que solucionarían muchísimos problemas de falta de suministro y, por tanto, evitar la falta de adherencia”, sostiene.
“Hacen falta medidas que otorguen mayores capacidades y flexibilidad a la figura del farmacéutico”
No obstante, a día de hoy, considera que desde las boticas sí que cuentan con las herramientas suficientes para garantizar una asistencia farmacéutica de calidad. No obstante, señala una serie de mejoras a implementar como garantizar el acceso a la historia clínica en la que poder ver las patologías que presenta el paciente. Además, subraya que sería de gran utilidad disponer de herramientas de comunicación con el médico de Atención Primaria que fueran ágiles y bidireccionales para poder informarnos entre ambos profesionales de situaciones que afectan al paciente y que podrían ser resultas de manera casi inmediata.