El Global Madrid | martes, 21 de noviembre de 2017 h |

Amsterdam es la nueva sede de la Agencia Europea de Medicamentos. Barcelona quedó fuera en la primera votación. Decepción es la palabra que mejor define lo que se vivió en España al conocer la temprana eliminación de la que era la mejor candidatura a nivel técnico. Sin embargo, pesó demasiado la confusa situación creada a partir del proceso independentista. Barcelona, pese a todo, se situó entre las cinco mejores candidaturas con 13 votos, eso sí, un número de adhesiones insuficiente para pasar a la siguiente ronda de votaciones. Los que sí que accedieron a esa segunda votación fueron Milán, Amsterdam y Copenhague con 25 puntos para la candidatura italiana y 20 para las otras dos candidatas. En la siguiente ronda, fue Milán de nuevo la más votada tras ser elegida por 12 estados miembro, mientras que Amsterdam cosechó el apoyo de 9. Copenhague quedaba eliminada al recibir solo 5 adhesiones.

La votación final situaba a Milán como la clara favorita tras reinar en las dos primeras votaciones, pero la elección de la sede de la EMA iba a deparar una última sorpresa. En la última ronda, Amsterdam y Milán empataban en número de votos. Por tanto, la ‘gran decisión’ se tomó por sorteo. Amsterdam era la elegida. La ciudad holandesa acogerá a partir de de 2019 la sede de la Agencia Europea de Medicamentos.

El Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea había decidido así en apenas dos horas el lugar al que se mudará la EMA y lo había hecho agotando las tres rondas de votación previstas. Todo el proceso ha estado conducido por la presidencia de turno estonia y supervisado por los servicios legales del Consejo.

La candidatura española, representada en Bruselas por la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, mostró su decepción por el resultado de la votación. “Me atrevo a decir que este es quizá uno de los daños directos que nos ha causado el independentismo a Cataluña. Ahora, más que nunca, todos juntos tenemos que trabajar unidos para continuar en este gran proyecto que es Europa y que es España”, explicaba una decepcionada ministra a la salida de la votación. “Realmente, la división y la segregación no nos lleva a ninguna parte. Hoy hemos visto alguno de los efectos negativos a los que nos puede llevar la división y la segregación”, concluyó.